5 claves persuasivas de Eugene Schwartz

LAS 5 CLAVES DE EUGENE SCHWARTZ PARA COPYWRITERS

¿Sabías que el copywriter más influyente de la historia solo escribía 33 minutos seguidos?

No es broma. No es exageración. Es el método exacto que Eugene Schwartz usaba para crear los anuncios más rentables del siglo XX.

Schwartz ponía un temporizador. 33 minutos y 33 segundos exactos. Durante ese tiempo, solo podía hacer dos cosas: escribir o mirar la pared. Nada más. Ni café. Ni distracciones. Ni «voy a revisar el email un segundo».

Escribir o mirar la pared.

Y cuando sonaba el temporizador, paraba. Sin importar dónde estuviera. Sin importar si estaba en medio de una frase brillante. Paraba.

¿Loco? Tal vez.

¿Efectivo? Absolutamente.

Porque ese método le permitió escribir algunos de los anuncios más exitosos de la historia. Anuncios que generaron cientos de millones de dólares. Anuncios que todavía hoy se estudian en cursos de copywriting como si fueran textos sagrados.

Pero el método de los 33 minutos no es lo que hizo legendario a Schwartz.

Lo que lo hizo legendario fue su forma de entender la mente humana.

Schwartz no veía el copywriting como escritura. Lo veía como psicología aplicada. Como ingeniería de deseos. Como la ciencia de entender qué quiere la gente y dárselo de una forma que no puedan resistir.

En 1966 publicó un libro llamado «Breakthrough Advertising». Un libro que hoy cuesta más de 400 dólares conseguir en físico. Un libro que los mejores copywriters del mundo consideran la biblia absoluta de la persuasión escrita.

¿Por qué tan caro? ¿Por qué tan reverenciado?

Porque Schwartz descubrió principios que nadie más había articulado. Principios que explican por qué algunos anuncios funcionan y otros fracasan. Principios que, una vez que los entiendes, cambian completamente tu forma de escribir.

Y hoy voy a compartir contigo los 5 más importantes.

No son técnicas superficiales. No son trucos baratos. Son los fundamentos profundos sobre los cuales se construye todo copy efectivo.

Si los entiendes, vas a tener una ventaja injusta sobre el 99% de los copywriters que nunca leyeron a Schwartz.

Vamos.

CLAVE 1: NO PUEDES CREAR DESEO, SOLO CANALIZARLO

Esta es probablemente la idea más revolucionaria que Eugene Schwartz aportó al copywriting.

Y va en contra de todo lo que la mayoría de la gente cree sobre la publicidad.

La mayoría piensa que el trabajo del copywriter es crear deseo. Convencer a la gente de que quiera algo que no quería antes. Manipularlos para que necesiten tu producto.

Schwartz decía que eso es imposible.

«No puedes crear deseo en la mente de tu prospecto. Solo puedes tomar los deseos, sueños, miedos y esperanzas que ya existen, y canalizarlos hacia tu producto.»

Piénsalo un segundo.

No puedes hacer que alguien quiera ser rico si no le importa el dinero. No puedes hacer que alguien quiera estar delgado si está completamente feliz con su cuerpo. No puedes crear un deseo desde cero.

Pero lo que sí puedes hacer es encontrar deseos que ya existen y conectarlos con tu producto.

La gente ya quiere ser admirada. Ya quiere sentirse segura. Ya quiere tener más tiempo libre. Ya quiere impresionar a sus amigos. Ya quiere evitar el dolor y buscar el placer.

Esos deseos están ahí. Latentes. Esperando.

Tu trabajo como copywriter no es inventarlos. Es descubrirlos. Es entender cuál de esos deseos masivos ya existentes puede ser satisfecho por tu producto.

Y entonces conectar los dos.

Schwartz lo explicaba así. Imagina que hay un río enorme de deseo fluyendo constantemente. Millones de personas queriendo las mismas cosas básicas: amor, dinero, salud, estatus, seguridad.

Tu producto es como un canal.

Tu trabajo es construir ese canal de forma que el río de deseo fluya naturalmente hacia tu producto. No estás creando el río. El río ya existe. Solo estás dándole un lugar hacia donde fluir.

¿Por qué es esto tan importante?

Porque cambia completamente cómo escribes copy.

En lugar de intentar convencer a la gente de que necesita algo, empiezas preguntándote: «¿Qué deseos ya tiene mi audiencia? ¿Qué miedos? ¿Qué frustraciones? ¿Qué sueños?»

Y entonces escribes copy que conecta esos deseos preexistentes con tu producto.

No estás vendiendo. Estás mostrando a la gente cómo obtener algo que ya querían.

Esa es una diferencia enorme.

Porque cuando intentas crear deseo, suenas como vendedor. Suenas desesperado. Suenas manipulador.

Pero cuando canalizas deseo existente, suenas como alguien que entiende. Alguien que tiene la solución que estaban buscando. Alguien que finalmente les muestra el camino.

Aquí está el ejercicio.

Antes de escribir tu próximo copy, haz una lista de los deseos masivos que tu audiencia ya tiene. No los deseos relacionados con tu producto. Los deseos profundos. Universales. Humanos.

Quieren ser respetados. Quieren sentirse atractivos. Quieren seguridad financiera. Quieren que sus hijos tengan un futuro mejor. Quieren evitar la vergüenza. Quieren pertenecer.

Ahora pregúntate: ¿cuál de estos deseos puede satisfacer mi producto?

Y escribe desde ahí.

No desde el producto. Desde el deseo.

CLAVE 2: LOS 5 NIVELES DE CONSCIENCIA DEL CLIENTE

Esta es la contribución más famosa de Schwartz al copywriting.

Y una vez que la entiendas, nunca volverás a escribir de la misma forma.

Schwartz descubrió que no todos los clientes potenciales están en el mismo lugar mental. Algunos saben exactamente lo que quieren y están listos para comprar. Otros ni siquiera saben que tienen un problema.

Y el error fatal que cometen la mayoría de los copywriters es escribir el mismo mensaje para todos.

No funciona.

Porque si le hablas a alguien que está listo para comprar como si no supiera nada, lo aburres. Y si le hablas a alguien que no sabe nada como si estuviera listo para comprar, lo confundes.

Schwartz identificó 5 niveles de consciencia.

Nivel 1: Completamente inconsciente.

Esta persona no sabe que tiene un problema. Todo va bien en su mundo. No está buscando soluciones porque no sabe que necesita una.

¿Cómo le escribes a esta persona?

No puedes empezar hablando de tu producto. No puedes empezar hablando de soluciones. Tienes que empezar despertando consciencia del problema. Historias. Estadísticas impactantes. Preguntas que les hagan reflexionar.

Nivel 2: Consciente del problema.

Esta persona sabe que algo no está bien. Siente el dolor. Pero no sabe que existen soluciones.

¿Cómo le escribes?

Empiezas hablando de su problema. Lo describes con tanto detalle que piensan «esta persona me entiende perfectamente». Y entonces introduces la idea de que existe una solución.

Nivel 3: Consciente de la solución.

Esta persona sabe que tiene un problema y sabe que existen soluciones. Pero no conoce tu producto específico.

¿Cómo le escribes?

Aquí puedes empezar a hablar de tu producto. Pero no como «cómprame». Como «esta es la mejor forma de resolver el problema que ya sabes que tienes».

Nivel 4: Consciente del producto.

Esta persona conoce tu producto. Sabe lo que hace. Pero no está convencida de que sea la mejor opción para ella.

¿Cómo le escribes?

Testimonios. Pruebas. Comparaciones con la competencia. Garantías. Todo lo que elimine el riesgo y construya confianza.

Nivel 5: Totalmente consciente.

Esta persona te conoce, confía en ti, y está lista para comprar. Solo necesita un empujón final.

¿Cómo le escribes?

Ofertas. Urgencia. Escasez. Descuentos por tiempo limitado. El empujón final que los lleva a la acción.

¿Ves cómo cambia todo?

El mismo producto necesita 5 mensajes completamente diferentes dependiendo de a quién le estés hablando.

La mayoría de los copywriters escribe como si todos estuvieran en el nivel 4 o 5. Listos para comprar. Solo necesitan un poco de persuasión.

Pero la realidad es que la mayoría de tu audiencia está en los niveles 1, 2 o 3. No saben que tienen un problema. O no saben que existe solución. O no te conocen.

Y si les hablas como si estuvieran listos para comprar, los pierdes.

Schwartz decía que el trabajo del copywriter es encontrar a la audiencia donde está. No donde quisieras que estuviera. Donde realmente está.

Y entonces escribir el mensaje exacto que necesitan escuchar en ese momento para moverlos al siguiente nivel.

Nivel por nivel. Paso por paso. Hasta que estén listos para comprar.

Eso es copywriting estratégico.

CLAVE 3: LA SOFISTICACIÓN DEL MERCADO LO CAMBIA TODO

Aquí viene un concepto que la mayoría de los copywriters ignora completamente.

Y es probablemente la razón por la cual tantas campañas fracasan.

Schwartz descubrió que los mercados evolucionan. No se quedan estáticos. Y la forma en que debes escribir copy depende completamente de qué tan sofisticado es tu mercado.

¿Qué significa «sofisticación del mercado»?

Básicamente, cuántas veces tu audiencia ha escuchado promesas similares a la tuya.

Schwartz identificó 5 etapas de sofisticación.

Etapa 1: El mercado virgen.

Nadie ha hecho esta promesa antes. Eres el primero. Puedes ser directo y simple.

«¡Pierde 10 kilos en 30 días!»

Funciona. Porque nadie lo ha escuchado antes.

Etapa 2: La competencia aparece.

Otros empiezan a hacer promesas similares. Tienes que amplificar.

«¡Pierde 15 kilos en 30 días!»

Más grande. Más rápido. Más impresionante.

Etapa 3: La amplificación se agota.

Ya nadie cree las promesas exageradas. Has que introducir un mecanismo.

«¡Pierde 10 kilos en 30 días con el nuevo método de ayuno intermitente!»

Ahora no solo prometes resultados. Explicas CÓMO.

Etapa 4: El mecanismo se copia.

Todos empiezan a usar el mismo mecanismo. Tienes que hacer el mecanismo más específico o introducir uno nuevo.

«¡Pierde 10 kilos en 30 días con el protocolo 16/8 desarrollado por científicos de Stanford!»

Más específico. Más creíble. Más diferenciado.

Etapa 5: Saturación total.

El mercado está exhausto. Nadie cree nada. Tienes que cambiar completamente el enfoque.

Aquí dejas de hablar del producto y empiezas a hablar del cliente. De su identidad. De quién se va a convertir.

«Para mujeres ocupadas que quieren verse increíbles sin vivir en el gimnasio.»

Ya no es sobre el producto. Es sobre la persona.

¿Por qué es esto tan importante?

Porque la mayoría de los copywriters escribe como si estuvieran en la Etapa 1. Promesas directas y simples.

Pero la mayoría de los mercados están en la Etapa 3, 4 o 5. La gente ya escuchó todas las promesas. Ya probó todas las soluciones. Ya está escéptica.

Y si les hablas como si fuera la primera vez que escuchan sobre tu tipo de producto, te ignoran. Porque suenas igual que todos los demás que les mintieron antes.

Schwartz decía que tienes que evaluar la sofisticación de tu mercado ANTES de escribir una sola palabra.

¿Cuántos competidores hay? ¿Qué promesas están haciendo? ¿Qué mecanismos están usando? ¿Qué tan escéptica está tu audiencia?

Y entonces escribes copy que esté un paso adelante de donde está el mercado.

No donde estaba hace 5 años. Donde está HOY.

Eso es adaptación estratégica.

CLAVE 4: EL TITULAR ES EL ANUNCIO DEL ANUNCI

Schwartz tenía una obsesión con los titulares.

Pero no por las razones que crees.

La mayoría de los copywriters piensa que el titular tiene que ser «llamativo» o «creativo» o «viral». Schwartz pensaba diferente.

Para él, el titular tenía una sola función: hacer que la gente lea la primera línea del copy.

Eso es todo. Nada más.

No tiene que vender el producto. No tiene que explicar todo. No tiene que ser ingenioso. Solo tiene que generar suficiente curiosidad o interés para que la persona siga leyendo.

Schwartz lo llamaba «el anuncio del anuncio».

Piénsalo. Tu titular es publicidad para tu copy. Si el titular no funciona, nadie lee el copy. Y si nadie lee el copy, no hay venta.

Pero aquí viene lo importante.

Schwartz conectaba los titulares directamente con los niveles de consciencia.

Para alguien completamente inconsciente, el titular no puede mencionar el producto. Tiene que hablar de algo que le importe a esa persona. Una curiosidad. Una historia. Un problema que no sabía que tenía.

«El extraño hábito matutino que comparten los millonarios.»

No menciona ningún producto. Solo genera curiosidad.

Para alguien consciente del problema, el titular puede hablar del problema directamente.

«¿Cansado de dietas que no funcionan?»

Conecta inmediatamente con el dolor que ya sienten.

Para alguien consciente de la solución, el titular puede mencionar el tipo de solución.

«El nuevo método de ayuno que está revolucionando la pérdida de peso.»

Ya saben que existen soluciones. Les estás mostrando una nueva.

Para alguien consciente del producto, el titular puede ser más directo.

«Por qué 50,000 personas eligieron nuestro programa de ayuno este año.»

Ya te conocen. Les estás dando prueba social.

Para alguien totalmente consciente, el titular puede ser una oferta.

«50% de descuento solo esta semana.»

Ya están convencidos. Solo necesitan el empujón.

¿Ves cómo cambia?

El mismo producto. 5 titulares completamente diferentes. Dependiendo de quién lo lea.

Schwartz pasaba más tiempo en el titular que en cualquier otra parte del copy. A veces días enteros. Porque sabía que si el titular fallaba, todo lo demás era irrelevante.

Aquí está el ejercicio.

La próxima vez que escribas un titular, pregúntate: ¿en qué nivel de consciencia está mi audiencia? ¿Qué necesitan escuchar para seguir leyendo?

No escribas el titular que TÚ crees que es bueno.

Escribe el titular que TU AUDIENCIA necesita leer.

CLAVE 5: LA ESPECIFICIDAD ES LA MADRE DE LA CREDIBILIDAD

Esta es la clave que separa el copy amateur del copy profesional.

Schwartz era fanático de la especificidad.

Odiaba las generalizaciones. Odiaba los adjetivos vacíos. Odiaba las promesas que sonaban bien pero no significaban nada.

«Resultados increíbles.»

¿Qué significa «increíbles»? Nada. Es aire.

«Perderás 4.7 kilos en los primeros 14 días.»

Eso es específico. Eso es creíble. Eso es poder.

¿Por qué funciona la especificidad?

Porque el cerebro humano asocia especificidad con verdad.

Cuando alguien dice «muchas personas han probado esto», tu cerebro piensa «probablemente está exagerando».

Pero cuando alguien dice «14,847 personas probaron esto en los últimos 6 meses», tu cerebro piensa «wow, debe ser verdad, nadie inventaría un número tan específico».

Schwartz usaba números específicos constantemente.

No «ahorra tiempo». Sino «ahorra 2 horas y 17 minutos cada semana».

No «gana más dinero». Sino «genera $347 adicionales cada mes».

No «mejora tu salud». Sino «reduce tu presión arterial en 12 puntos en 30 días».

Pero la especificidad no es solo números.

Es detalles. Es descripciones concretas. Es pintar imágenes mentales que la gente pueda ver.

Schwartz describía escenas. Momentos. Sensaciones.

No «te sentirás mejor». Sino «imagina despertar mañana sin ese dolor en la espalda baja que te ha perseguido durante años. Imagina levantarte de la cama sin ese gemido involuntario. Imagina atarte los zapatos sin tener que sentarte primero».

Eso es específico. Eso es visual. Eso es poderoso.

Y funciona porque la gente puede VERSE en esa situación. Pueden imaginarlo. Pueden sentirlo.

Las generalizaciones no generan imágenes. Las especificidades sí.

Schwartz también usaba especificidad para construir credibilidad.

En lugar de «nuestro fundador es un experto», escribía «nuestro fundador pasó 17 años investigando en el laboratorio de bioquímica de la Universidad de Harvard, publicando 43 estudios revisados por pares antes de desarrollar esta fórmula».

Eso no se puede inventar. Eso es verificable. Eso genera confianza.

Aquí está el ejercicio.

Toma tu copy actual. Busca cada adjetivo vago. Cada promesa general. Cada afirmación sin números.

Y hazla específica.

«Muchos clientes» se convierte en «3,847 clientes».

«Rápidamente» se convierte en «en 7 días».

«Mejora significativa» se convierte en «mejora del 34%».

La especificidad transforma copy mediocre en copy que convierte.

Úsala sin piedad.

EL LIBRO DE 400 DÓLARES QUE VALE MILLONES

Llegaste al final.

Y ahora tienes las 5 claves de Eugene Schwartz. El hombre que escribía en ráfagas de 33 minutos. El hombre cuyo libro cuesta 400 dólares. El hombre que entendió la psicología de la persuasión mejor que casi cualquier otro ser humano.

No crees deseo. Lo canalizas.

Conoce el nivel de consciencia de tu audiencia.

Adapta tu mensaje a la sofisticación del mercado.

El titular es el anuncio del anuncio.

La especificidad genera credibilidad.

Cinco claves. Simples de entender. Difíciles de dominar.

Pero si las aplicas, si realmente las internalizas, vas a escribir copy que funciona de una forma que la mayoría de los copywriters nunca entenderá.

Porque no estarás adivinando. No estarás improvisando. Estarás aplicando principios probados por décadas de resultados.

Schwartz no era un genio creativo en el sentido tradicional. No escribía frases bonitas por escribirlas. No buscaba premios ni reconocimiento.

Lo que buscaba era entender.

Entender por qué la gente compra. Entender qué los mueve. Entender cómo conectar un producto con un deseo de forma que la venta sea casi inevitable.

Y lo logró.

Sus principios funcionaban en 1966. Funcionan hoy. Funcionarán en 2066.

Porque la naturaleza humana no cambia.

Los medios cambian. Las plataformas cambian. Las tecnologías cambian.

Pero los deseos humanos permanecen constantes.

Queremos amor. Queremos respeto. Queremos seguridad. Queremos placer. Queremos evitar el dolor.

Esos deseos existían hace mil años. Existen hoy. Existirán siempre.

Y el copywriter que entienda cómo canalizar esos deseos hacia su producto, ese copywriter siempre tendrá trabajo. Siempre tendrá clientes. Siempre tendrá éxito.

Schwartz lo entendió.

Ahora tú también.

La pregunta es: ¿qué vas a hacer con ese conocimiento?

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