Ser copywriter implica cometer mil errores y aprender de cada uno de ellos. Durante los dos años que —más o menos— llevo como emprendedor he fallado mucho más de lo que te puedas imaginar.
Es lo normal.
Por eso en este post quiero compartir contigo los 5 grandes errores que he cometido y que me gustaría que tú conocieras.
Índice de contenidos
#1 Dar muchos saltos entre clientes en lugar de profundizar en uno
Este es un problema que me llevo del tiempo en el que trabajaba por cuenta ajena y por cuenta propia.
Aunque nunca trabajaba en horario de trabajo, sí que es cierto que me reservaba pequeños ratitos para pensar en mis clientes.
Por ejemplo, cuando acababa uno de los copies que tenía pendientes, me ponía con un bloc de notas y tomaba algunas ideas.
Por desgracia, me acostumbré a saltar de un cliente a otro de forma constante sin aprender a profundizar en ninguno.
Cuando comencé a trabajar solo por cuenta propia, me di cuenta de que me costaba mucho mantener la concentración.
Pasaba lo que pasaba. Saltaba de un lugar a otro y siempre hacía un trabajo muy superficial.
Tuve que poner mucho de mi parte para cambiar el chip y empezar a profundizar. Sin embargo, cuando lo hice, disfruté mucho más del trabajo.
#2 Dar plazos imposibles de cumplir por quedar bien con el cliente
Estoy convencido de que también te has encontrado en esta situación.
Por culpa del miedo a perder a un cliente, le has aceptado plazos imposibles solo por quedar bien.
Esto es un error.
Estoy convencido de que los vas a cumplir, pero es a costa de tu salud, tranquilidad y sueño —probablemente—.
Sé que al principio cuesta demasiado confiar en uno mismo como para sentir que estamos en posición de negociar, pero nada más lejos de la realidad.
Si a tu cliente le presentas estas peticiones bien justificadas, te aseguro que a medio y largo plazo conseguirás mucho mejores resultados.
#3 No firmar contratos desde el principio para evitarme malos rollos
A lo largo de todo este tiempo me he enfrentado a más de un problema con algún cliente por el simple hecho de no haber puesto las cosas por escrito.
Son cosas que se aprenden.
Como te he contado en alguna ocasión, la primera te la cuelan, pero a partir de ahí te vuelves mucho más precavido.
Eso fue lo que me sucedió a mí.
Con el paso del tiempo y de los clientes he aprendido a trabajar de una manera mucho más seria, precavida con el objetivo de cobrar.
Todo el mundo es muy majo hasta que dejan de serlo.
#4 Tardar demasiado en delegar y ver cómo me comía el trabajo
Este ha sido uno de mis mayores problemas.
¿Sabes aquello de que si quieres algo bien hecho es mejor que lo hagas tú?
Pues es mentira.
Pero una mentira de proporciones bíblicas.
Con el paso del tiempo he ido contando con algunos copies a los que les delego trabajo y todo ha empezado a crecer mucho más rápido y sostenible —y además, puedo descansar—.
#5 Dejar de disfrutar del proceso y concentrarme solo en el final
Este es uno de los mayores riesgos de hacer realidad tu deseo de vivir de la escritura.
Cuando empiezas, todo es apasionante. Sin embargo, conforme pasan los días te das cuenta de que la vida empieza a complicarse.
Cada vez estás más pendiente de acabar con ese cliente que de llevar a cabo un gran trabajo.
Esto es muy peligroso, ¿sabes por qué?
Porque en cuanto te despistas te percatas de que no estás disfrutando del camino. Ese es el momento en el que ha llegado la hora de parar y replantearte cómo haces las cosas.
Estos son los 5 errores más complicados que he cometido a lo largo de estos dos años y que quería contarte.
Todos empezamos de cero sin tener en realidad demasiada idea de nada. Por eso es tan importante avanzar a paso firme, corregirlos y continuar.
Pero oye, si te los puedes evitar, mejor, ¿no crees?