Marzo se ha acabado y con ello el primer trimestre de 2021.
Parece que fue ayer cuando nos estábamos tomando las uvas, pero ya han pasado tres meses.
Tres meses muy intensos en los que he tenido la oportunidad de aprender, acertar y fallar. Es decir, el ABC del emprendedor.
Como cada final de mes, me encanta robarte un pequeño post y dedicármelo a mí por una vez, a charlar sobre todo lo que me he llevado y a compartir estas experiencias.
Índice de contenidos
Las 5 reflexiones que me llevo de marzo de 2021
Como te contaba, marzo de 2021 ha sido un mes realmente intenso en el que me han faltado horas en el día.
Sin embargo, ha sido uno de esos puntos de inflexión que todos los freelance tenemos en los que nos damos cuenta de que necesitamos algo más.
Y yo me he dado cuenta de que para mantener este ritmo necesito contar con profesionales de confianza con los que tirar del carro.
#1 Delegar es una gran decisión
Como te adelantaba en la introducción, he aprendido a delegar.
La realidad es que desde finales de 2020 he empezado a trabajar con otros profesionales, pero no ha sido hasta ahora cuando me lo he tomado en serio.
He hablado con muchos copywriters. He encontrado a expertos en diferentes materias. Ya estamos en marcha.
Si tú estás unos pasos por delante en todo el tema de los negocios, estoy convencido de que no te sorprenderá. Sin embargo, para mí es un paso de gigante… y siento mucho vértigo.
#2 Ni cuando ganas eres tan bueno, ni cuando pierdes eres un fracasado
Este mes de marzo he experimentado lo mejor y lo peor de ser freelance.
Algunos de los trabajos en los que he tenido la suerte de participar han sido un éxito, mientras que ha habido una campaña que ha ido terriblemente mal.
Es curioso, pero mientras que en el acierto simplemente sentí que había hecho mi trabajo, en el segundo pensaba que no valía para nada.
Pero así son las reglas del juego. A veces ganas y otras pierdes. Y ni eres un genio cuando triunfas, ni deberías retirarte cuando fallas.
Creo que todos necesitamos fracasos de tanto en tanto para recordarnos que no somos infalibles y seguir empujando hacia delante.
#3 Practicar deporte no es una opción: es obligatorio
Te aseguro que marzo no ha sido mi mejor mes en cuanto a salud.
Todo comenzó con una lesión de espalda, después llegó una muela del juicio… y al final tocó pelearse con otra lesión de espalda.
De oca en oca y tiro porque me toca, vaya.
Con todo lo que ha pasado, la verdad es que ha sido el mes en el que he hecho menos ejercicio que recuerdo… ¡y eso no puede ser!
Por eso a partir de abril tengo que volver a convertir el deporte en algo no negociable de mi día.
#4 No sobreestimes tus capacidades
Ayer terminé con ello.
Durante el mes de marzo me comprometí a dar para una empresa una serie de sesiones intensivas de copywriting.
Tres horas a la semana. Lunes, miércoles y viernes.
A priori parecía fácil, pero no pensé en el tiempo que conllevaría la preparación de los temarios.
Madre mía.
Ha habido muchos días en los que tener que enfrentarme a estas situaciones ha hecho que no tuviera tiempo casi ni de respirar.
#5 Procesos, la palabra mágica
El aquí te pillo y aquí te mato no me convence nunca más.
Durante mucho tiempo he tenido la sensación de que era yo quien me adaptaba a los procesos de muchos clientes.
Esto conllevaba muchísimo tiempo perdido, información no organizada… y no podía ser. Por ello desde principios de este mes he decidido establecer unas bases de trabajo.
Son pequeños cambios, como la organización de unas carpetas compartidas, pero que me permiten gestionar la información y los avances de una manera mucho más eficaz.
Sé que no son cambios trascendentales, pero para mí son muy importantes.
Cuando escribo estos posts siento que cada mes estoy avanzando en esta gran maratón llamada emprendimiento.
Pasito a pasito. Sin prisa. Con buena letra.
¿Cómo ha sido tu mes de marzo?