A principios del mes de julio —ha llovido ya— impartí una formación al Banco Mediolanum.
Tenían un problema muy grande que siempre acababa de dos maneras.
Cuando presentaban una propuesta de ventas a un inversor, este parecía encantado.
Hasta ahí todo perfecto.
Pero hasta ahí llegaba todo.
El final del cuento siempre era el mismo.
O les decía que lo había pensado mejor y que prefería no arriesgarse o ni siquiera contestaba.
Cómo utilizar el NO Para conseguir un sí
A mí también me ha ocurrido.
Clientes que te piden propuestas y presupuestos a la velocidad de rayo…
Pero que a la hora de la verdad desaparecen.
Nunca contestan.
Pero ¿y si te dijera que puedes usar esto a su favor?
Su silencio es tu mejor arma.
Y es muy fácil aprovecharlo.
Imagínate que fueras un agente de Banco Mediolanum y le hubiera lanzado una propuesta a un inversor.
Pasan 19 días y 500 noches —como diría Sabina— y no te responde ni para mandarte a paseo.
Ahí es donde puedes jugar mejor tus cartas a través de un email.
¿Cómo?
Escríbele un email pidiéndote que te confirme que no quiere trabajar.
Explícale que ni siquiera necesitas las razones.
Tan solo su no y seguir hacia delante.
Así podrás dedicar tu tiempo y tus energías a clientes que sí quieran trabajar contigo.
¿Quieres resultados? A veces hay que jugar las cartas diferente
¿Sabes cuál suele ser el resultado?
Que ese cliente se pone las pilas.
Deja a un lado cualquier reticencia por la que hubiera decidido pasar de ti.
Y te escribe para decirte que sí que quiere trabajar.
Este es el poder del NO.
Es cierto que no es un método infalible, pero da mucho mejores resultados de lo que te imaginas.
Yo lo uso casi todas las semanas.
Alguien me escribe y me pregunta por X y ante mi respuesta muchas veces no hay ninguna.
Así que a la semana que viene le mando un email para confirmar su no.
Ese no que tantas veces se convierte en un sí.
¿Vamos hacia delante?
¿Te gustaría que te ayudara a transformar este silencio en un sí?
Te invito a que reserves conmigo una consultoría gratuita y veamos cómo podemos trabajar juntos.
PD: Nunca. Nunca. Nunca. Nunca. Insultes a ese cliente que ha pasado de ti. Te lo digo por experiencia.