He acabado de escribir un post... ¿ahora qué?

He acabado de escribir un post: ¿ahora qué?

Punto y final.

Acabas de terminar ese post que te está costando sangre sudor y lágrimas… ¿ahora qué?

Seguro que estás pensando que el paso natural es publicarlo y dejar que el mundo se deleite con todo el valor que has escrito.

Pero… ¿y si te dijera que puedes hacerlo todavía mejor?

En este post descubrirás qué es lo que puedes hacer para pasar de tener un buen post a uno que sea irresistible a la hora de leerlo.

¿Me acompañas?

#1 Descansa

Sé que te parece una tontería, pero se trata de la mejor decisión que puedes tomar.

Cuando acabas de escribir un gran post se mezclan dos emociones dentro de ti.

  • El cansancio por haber puesto todo lo que tienes para que ese texto esté cargado de valor.
  • Las ganas de quitártelo de en medio lo más rápido posible y empezar a ver resultados.

¡No corras, fiera!

Una de las claves para redactar textos que de verdad sean persuasivos y que aporten un plus de valor a tu cliente es consultar con la almohada su resultado.

Así que sí.

Toma la decisión de dejar respirar tu texto durante 24 horas y vuelve después a la carga contra él.

#2 Revísalo con los dientes afilado

Decía Ernest Hemingway que la clave para redactar buenos textos estaba siempre en escribir borracho y editar sobrio.

Eso sí, metafóricamente, que a él se le fue de las manos.

Estoy de acuerdo.

Cuando escribes tus textos persuasivos no puedes pensar en que serán perfectos a la primera. 

Esto es un gran error.

Con esa idea en la mente el único resultado será que te limites una y otra vez y que no consigas los resultados que esperas.

Puedes hacerlo mejor.

La clave está en dejarte llevar cuando estés escribiendo y luego revisar con furia y acabar con todo lo que sobre.

Pruébalo.

#3 Léelo en voz alta

Sé que te puede parecer una tontería, pero es una de las mejores técnicas que puedes utilizar.

Mira.

Cuando lees tu texto en voz alta te percatas de verdad de dónde tiene falta de ritmo y cuándo te has pasado de frenada.

También encontrarás rimas que saquen del mensaje o palabras extrañas que no acaben de encajar.

Lo más importante es que te convertirás en ese espectador que recibirá tus palabras y sentirás cómo resuenan.

Ahora sí que estás preparado.

Cuando acabes de escribir un post, tómate el tiempo que necesites para responder a estas tres preguntas y pasa la acción.

De esta manera podrás darle a tu texto ese pequeño impulso que necesita para dejar de ser bueno y ser increíble.