Desde que tengo memoria he sido un lector acérrimo, pero hace unos meses decidí que le daría un lugar prioritario a la lectura en mi rutina. Me propuse un reto: leer un libro a la semana. Desde entonces he cumplido y he aprendido mucho más allá del contenido de la obra.
¿Por qué leo?
Quizás esta sea una de las preguntas más complicadas a la que una persona a la que le guste la lectura pueda darle respuesta.
Te puedo contar que me enamoré de la lectura porque me permitía evadirme. Yo tuve la suerte de nacer en un hogar idílico que se oscureció con el paso del tiempo y encontré en los libros el rincón donde nadie podría hacerme daño y donde el mundo se expandía hasta horizontes inimaginables.
Después continué leyendo porque me enamoré de las historias. De hecho, durante mucho tiempo quise escribir ficción y llegué a publicar un libro a principios de este año, pero en cuanto lo hice me percaté de que a mí lo que más me gusta del mundo de la literatura no eran las tramas per se, sino lo que podría aprender de ellas.
Así que en el proceso de evolución que a todos nos toca acatar, mi siguiente paso fue el de asumir que donde más cómodo me sentiría sería en los libros de los que pudiera aprender de manera directa. Y en ello me encuentro hoy.
¿Por qué decidí leer un libro a la semana?
Lo primero que te tengo que admitir es que siempre he sido una persona extraña a la hora de plantearme retos, pero también hobbies.
Cuando era pequeño desarrollé un extraño amor por la organización y el control y con decirte que guardaba en el ordenador una hoja de Excel en la que apuntaba cuánto jugábamos a cada juego, es suficiente.
Por ello comprendí que para potenciar lo que sacaba de cada libro necesitaba organizarme para ello. Así que tomé dos decisiones.
- La primera consistió en organizarme para leer un libro a la semana. Una cuestión que salvo que el libro sea extremadamente largo, es fácil de cumplir.
- La segunda, organizar mis lecturas por temáticas, calendar cada cual según el momento idóneo y tomar notas para que aunque pase el tiempo no se me olvide nunca.
Desde entonces sé que leo más, que leo mucho más concentrado y que he aprendido a sacarle partido a cada instante delante del papel (o del Kindle, como es mi caso).
¿Tú cómo potencias tus habilidades?