El asunto de tu email es más parecido a la capa de invisibilidad de Harry Potter de lo que te puedes imaginar.
Solo que en este caso que no te vean no solo te servirá para escapar de los malos, sino también para ponerle fecha de caducidad a tu negocio.
Como me dijeron a mí hace mucho tiempo, ya puedes escribir el mejor correo del mundo, que si tu asunto no es lo suficiente atractivo como para que lo lean, estás perdido.
Por eso es tan importante que pongas toda tu atención a la hora de redactar una línea que determinará el futuro de tu negocio.
Aunque a continuación te daré una serie de pautas para que los escribas de la mejor manera posible, la realidad es que es prueba y error.
Cuanto más conozcas a tu audiencia y sus necesidades, más podrás afinar el disparo.
Por este motivo es muy importante que experimentes, que analices qué te da mejor resultado… pero sobre todo que siempre intentes ir más allá.
¿Mi consejo? No te quedes nunca con el primer asunto que te venga a la cabeza. Piensa varios, juega con ellos y trata de sacarles el mejor rédito posible.
¿Quieres que comparta contigo una pequeña técnica que siempre da resultado?
- Prueba a redactar un asunto en forma de pregunta.
- Escribe otro que sea una afirmación contundente.
- Cuenta una historia con la que conecten.
- Trabaja uno que rompa una creencia asentada.
Cuando tengas los cuatro delante, te animo a que intentes combinarlos de diferentes maneras y consigas un asunto que sea realmente rompedor.
¿Lo vemos con un ejemplo?
Imagínate que tuviéramos que escribir un email para anunciar el lanzamiento de este curso. ¿Qué tipos de asuntos podríamos tener?
- ¿Quieres construir una marca personal que haga que tus clientes hagan cola por ti?
- Una marca personal potente aumenta las ventas en un 27 %.
- Así me cambió la vida el año que comencé a trabajar mi marca personal.
- Por qué una marca personal te ayudará a vender mucho más que la publicidad
- El siguiente punto sería comenzar a combinarlos, pero eso ya te toca a ti.
Ahora ya te toca a ti pasar a la acción.
Entender que no puedes estar siempre esperando libremente y que llegará el momento en el que vuelvas a ser libre.
No sé qué es lo que sucederá, pero tengo muy claro que habrá algo que desaparecerá para cerrar esta pieza en ataque.