Cada día escucho las mismas historias.
Es que en mi sector está todo inventado.
Es que ya no se pueden hacer cosas diferentes.
Es que mi público no quiere otra cosa que la que ya le doy.
Bla. Bla. Bla.
Siempre las mismas historias.
Y esto es algo normal.
Nos da miedo lo desconocido.
Sobrevaloramos lo que ya sabemos.
Y todas estas historias.
Durante mucho tiempo, los desarrolladores de videojuegos pensaban que esto era una cosa de niños.
Así que lo único que se planteaban era lanzar videojuegos enfocados a esos niños.
Tenía sentido, ¿verdad?
Sin embargo, un día llegó un estudio y dijo…
¿Y si hacemos algo diferente?
Creando el primer videojuego no apto para menores de 18 años.
Una historia protagonizada por el bueno de Jack el Destripador.
A lo que voy con este email es que todo parece imposible hasta que alguien demuestra que lo es.
Así que si, por el motivo que sea, tienes en mente una idea que parece loca…
Testéala.
¿Qué puedes perder?
¿Qué puede pasar?
¿Qué puede llegar a ocurrir?
Igual merece la pena el riesgo.
Y si no, ya sabes lo que decía el bueno de Jack.
Ve por partes.