Estrategia de doble cierre

La venta es un mundo apasionante.

Cuando sabes como vender, una conversación puede ser un vals.

Y en el vals, tienes dos opciones.

Ser quien guía o quien le dicen a dónde debes moverte.

La primera, mola. La segunda es para quien está más perdido.

En un vals puede que no pudiera guiarte mucho. Tengo menos ritmo que un metrónomo estropeado.

Pero a la hora de vender, sí que he aprendido durante todos estos años algunos trucos.

Por eso hoy te quiero explicar cómo utilizar una estrategia de doble cierre para aumentar las ventas de tu negocio.

O, como mínimo, conseguir que tu pareja vea la película que quieres que vea.

Solo puedes ganar.

Pero antes, recuerda.

Si todavía no lo has hecho, puedes apuntarte a la lista de correo Press Start.

En ella comparto cada día más y mejores consejos de venta.

Si te gusta el rollo que llevamos por aquí, te encantará.

Estrategia de venta de doble cierre: cuando cambias la manera de pensar de tu cliente

La mayoría de las ocasiones en las que intentamos vender algo, nos equivocamos.

Te lo digo de corazón.

Colocamos al cliente potencial en una situación donde la respuesta lógica es “no”.

Ante una espada y una pared que solo le llevará a no querer comprarte y no mirar atrás.

Te explico.

Cuando creamos cualquier texto en el que intentemos vender algo, solemos caer en una dinámica.

Le recitamos como si fuera la tabla del 7 a nuestro cliente los motivos por los que debería comprarnos.

Y al final, dejamos ante su mente una decisión.

“Sí o no”.

No hay más.

O lo tomas o lo dejas.

Y como hemos sacado nuestras cartas de escasez y urgencia, parece que es ahora o nunca.

Un follón, vaya.

Porque si le dejas ante esta situación, es posible que te diga que no.

Y la forma más fácil de vender es que ese no, no exista.

Ahí es donde entra la estrategia del doble cierre.

Dos opciones: la vida puede ser maravillosa

Ahora te propongo un cambio.

En lugar de intentar buscar ese sí, transformemos la estrategia.

Planteemos un escenario donde tenga que elegir.

Sí o sí.

Para variar.

Que su mente no recurra al tengo o no tengo que comprar, sino que se pregunte qué opción es mejor.

¿Te das cuenta de cómo cambia el contexto?

La situación es otra.

Y ahí solo puedes ganar.

Así que esto es lo que puedes hacer para asegurarte de que este plan funcione.

Ten muy claro qué quieres vender.

Mucho.

Desarrolla la mejor propuesta de valor que puedas hacer.

Y después, plantea una alternativa para hacer mucho más atractiva la primera opción.

Que a la hora de comparar, simplemente no haya color.

¿Cómo cambiaría el escenario?

Por completo, ¿verdad?

Entonces, ¿a qué esperas para hacerlo?

Ah, ¿que cómo puedes emplear esto para ver la película que quieres?

Pues igual.


Si vas a plantearle a tu pareja una alternativa que sabes que dirá que no… sé inteligente.

Plantea primero una que odie todavía más y luego coloca esta.

El contraste le hará quedarse con la opción que deseas.

No es magia.


Es persuasión.