David Ogilvy, el padre de la publicidad moderna, sabía cómo vender cualquier cosa con palabras.
Desde convertir a una camisa en una leyenda hasta hacer que un coche parezca un objeto de deseo, revolucionó la forma en que las marcas se comunican.
Este genio de los anuncios no solo creó campañas memorables, sino que compartió todos sus trucos en Confesiones de un publicitario.
Allí te enseña desde cómo escribir titulares que enganchan hasta cómo entender a tu cliente mejor que él mismo.
Su obsesión por la investigación, la honestidad y los resultados lo convirtió en un mito de la publicidad.
Y lo mejor es que sus lecciones, aunque las escribió hace décadas, siguen siendo oro puro para cualquiera que quiera vender con estilo.
Ogilvy no solo vendía productos; vendía ideas, emociones y, sobre todo, confianza. Si quieres aprender del mejor, no busques más.