A veces el universo te regala una coincidencia tan perfecta que sería un ecado no explotarla.
Y eso es exactamente lo que pensaron en CeraVe cuando se dieron cuenta de que su marca compartía nombre con Michael Cera, ese actor que parece perpetuamente incómodo y que protagonizó media adolescencia millennial.
Lo que empezó como una observación random de algún becario creativo se convirtió en una de las campañas más brillantes de 2024.
Una campaña tan efectiva que generó 15.400 millones de impresiones antes siquiera de existir oficialmente.
Índice de contenidos
El plan maestro que empezó como chiste interno
Tres semanas antes del Super Bowl, Michael Cera empezó a sembrar rumores en sus redes sociales.
No anuncios.
No colaboraciones obvias.
Rumores.
El tipo de contenido que parece casual pero que está calculado hasta el último emoji.
—¿Sabían que yo inventé CeraVe? —tuiteaba, con esa cara de póker que lo caracteriza —Es verdad. Miren los nombres. Michael Cera… CeraVe. No es coincidencia.
Y la gente se lo creyó.
O mejor dicho, quiso creérselo.
Porque en la era de la desinformación, a veces preferimos una mentira divertida que una verdad aburrida.
La anatomía de una conspiración publicitaria
La genialidad de la campaña no estaba solo en la coincidencia de nombres. Estaba en la ejecución meticulosamente casual.
CeraVe no salió inmediatamente a desmentir los rumores.
Los dejó crecer. Los alimentó sutilmente. Colaboraron con más de 450 creadores de contenido para amplificar el misterio.
Cada TikToker, cada influencer, cada persona con tres seguidores y ganas de protagonismo, empezó a “investigar” la conexión entre Michael Cera y CeraVe.
Videos analizando las fechas de fundación de la marca. Teorías conspirativas sobre por qué el actor había mantenido en secreto su imperio de la hidratación facial.
Era marketing viral en su forma más pura: contenido que la gente creaba porque quería, no porque le pagaran.
El momento de la revelación que nadie esperaba
Cuando finalmente llegó el Super Bowl y se reveló que todo era una elaborada campaña publicitaria, nadie se sintió engañado. Al contrario. La gente aplaudió la creatividad.
Porque Michael Cera había interpretado el papel perfecto.
El tipo raro que podría haber inventado una marca de cremas hidratantes en su sótano y habérselo callado durante años por timidez.
El anuncio oficial mostró a Cera en una fábrica de CeraVe, actuando como si realmente fuera el fundador secreto de la marca.
Con esa incomodidad característica que lo hace tan creíble interpretando personajes que prefieren pasar desapercibidos.
Los números que hacen llorar a los directores de marketing
15.400 millones de impresiones antes del estreno oficial. Déjame repetir eso: quince mil cuatrocientos millones. Con M de “me cago en la leche, ¿cómo lo hicieron?”
2.200% de incremento en las búsquedas de la marca. La gente no solo hablaba de CeraVe; la estaba buscando activamente. Querían saber más sobre esa marca que supuestamente había inventado el chico de Superbad.
El coste de la campaña fue una fracción de lo que habría costado conseguir esa misma exposición con publicidad tradicional. Porque cuando la gente crea tu contenido por ti, tu presupuesto se multiplica exponencialmente.
Por qué funcionó tan jodidamente bien
La coincidencia perfecta que no era casualidad
Michael Cera y CeraVe. Es el tipo de coincidencia que parece demasiado perfecta para ser real. Y precisamente por eso funciona. Nuestro cerebro está programado para buscar patrones, incluso donde no los hay.
El casting perfecto para el papel
Michael Cera no es Brad Pitt. No es el típico actor que asocias con marcas de lujo. Es el tipo raro, el outsider, el que podría haber inventado algo genial en su tiempo libre sin contárselo a nadie. Su credibilidad como “inventor secreto” era perfecta.
La estrategia del misterio controlado
En lugar de lanzar la campaña de golpe, la fueron dosificando. Primero los rumores. Luego las “investigaciones” de los influencers. Finalmente la revelación. Fue como una serie de Netflix, pero con crema hidratante.
La participación orgánica masiva
La campaña convirtió a cada usuario en un detective aficionado. La gente no estaba consumiendo publicidad; estaba participando en una investigación colectiva. Y eso es mucho más adictivo.
Las lecciones para copywriters que no tienen coincidencias perfectas
Lección número uno – busca las conexiones inesperadas
Puede que tu marca no comparta nombre con un actor famoso, pero seguramente tiene conexiones inesperadas con la cultura popular, eventos históricos, o fenómenos sociales. La creatividad está en encontrar esas conexiones y explotarlas.
Lección número dos – el misterio vende más que la certeza
En lugar de explicar todo desde el primer día, deja que la gente especule. La incertidumbre genera engagement. Las preguntas sin respuesta generan conversaciones.
Lección número tres – usa la incredulidad a tu favor
La campaña funcionó precisamente porque era difícil de creer. Si hubieran dicho que Michael Cera colaboraba con CeraVe, habría sido solo otra colaboración de celebrity. Pero decir que la había inventado era tan absurdo que se volvió irresistible.
Lección número cuatro – deja que otros cuenten tu historia
CeraVe no tuvo que crear todo el contenido. Los usuarios, influencers y medios lo hicieron por ellos. La marca simplemente proporcionó la semilla narrativa y dejó que creciera orgánicamente.
El timing perfecto para una época perfecta
La campaña llegó en el momento exacto. En plena era de las teorías conspirativas, cuando la gente está acostumbrada a cuestionar las narrativas oficiales, CeraVe creó su propia conspiración controlada.
Era el tipo de historia que encaja perfectamente en TikTok: lo suficientemente absurda para ser divertida, lo suficientemente plausible para generar debate, y lo suficientemente visual para convertirse en meme.
La diferencia entre ser viral y ser efectivo
Muchas campañas se vuelven virales por las razones equivocadas. Se comparten porque son malas, controversiales, o ridículas.
La campaña de CeraVe se volvió viral porque era genuinamente entretenida.
La gente no compartía el contenido para burlarse de la marca. Lo compartía porque quería ser parte de la investigación. Porque era divertido especular sobre si Michael Cera realmente había estado escondiendo un imperio cosmético.
El arte de convertir una coincidencia en oro publicitario
Al final, la campaña de CeraVe es un masterclass sobre cómo convertir una observación casual en una campaña multimillonaria. Tomaron algo que cualquiera podría haber notado (la similitud de nombres) y lo convirtieron en una narrativa irresistible.
No inventaron nada. No gastaron fortunas en producción. Simplemente encontraron la historia que su marca ya tenía y la contaron de la manera más entretenida posible.
El copywriter como detective de coincidencias
Como copywriter, tu trabajo no es solo escribir. Es encontrar las historias ocultas que tu marca ya tiene. Buscar esas conexiones inesperadas que podrían convertirse en campañas brillantes.
Puede que tu cliente no se llame igual que un actor famoso. Pero seguramente su historia tiene elementos únicos, coincidencias interesantes, o conexiones culturales que podrían explotarse creativamente.
La campaña de CeraVe nos enseña que a veces las mejores ideas están escondidas a plena vista. Solo necesitas la creatividad para verlas y la audacia para ejecutarlas.