¿Alguna vez te has preguntado por qué en el colegio y en el instituto no te enseñan a escribir?
Te lo digo en serio, ¿eh? Tienen la manía de contarte cómo colocar palabras delante de otras… y ya está.
Bueno, como en mi clase de música. Nos enseñaron todas las notas, pero no cómo componer música.
El único antídoto contra un sistema educativo preparado para que te caigas con todo el equipo es que aprendas a desarrollar una curiosidad que ponga los puntos sobre las íes.
Pero yo sé que si estás aquí es porque tú también lo sientes. Así que si quieres dar un paso hacia delante y aprender a escribir, aléjate de las malas compañías.
Dile adiós a los adverbios.
¿Adverbios? ¿Qué pasa con ellos? ¿Son malos?
Malos, no. Estoy convencidos de que su intención no es dañar tus textos. Pero por desgracia lo hacen.
Los adjetivos y los adverbios son esa clase de compañías que no le desearías a tu hija si fuera un sustantivo. Tampoco creo que fueran las ideales si hubieran nacido verbos.
Sé que esto puede parecer todo un poco metafórico. Pero tiene más sentido del que puedas imaginar. Solo tienes que imaginar que cada vez que colocas un adjetivo o un adverbios, quiebras por dentro a sustantivos y verbos.
La adicción a los adverbios tiene cura: se llama revisar
Sí. Es así de fácil y tan complicado de elegir, la verdad.
Acostumbrarse a escribir sin adverbios y sin adjetivos —bueno, con los justos y necesarios— es más difícil de lo que te imaginas.
Está considerada por la OMS como una de las adicciones más difíciles de perder. Más allá y todo del tabaco, pero detrás del azúcar.
Pero, vamos, que después de todo el tiempo que has pasado por aquí yo estoy convencido de que lo lograrás.
¿Te has quedado con alguna pregunta?
Sea lo que sea, te animo a que me la formules abajo en los comentarios. Incluso si tiene adverbios te responderé.
Ahora fuera de bromas, déjame abajo cualquier duda y en menos de 48 horas tendrás una respuesta. ¡Palabra de copywriter!