Cuando estaba en el colegio y en el instituto me apasionaba la clase de lengua hasta unos niveles obsesivos.
Un detalle que, por cierto, me tendría que haber avisado cuando estaba en bachillerato de que el itinerario de ciencias no era para mí.
Pero, claro, yo quería ser fisioterapeuta. Jamás hubiera imaginado que estudiaría Derecho. Y, desde luego, que acabaría ganándome la vida con comparaciones y otros recursos literarios.
Como decía el bueno de Andrés Montes, la vida puede ser maravillosa. Y también irónica. De hecho, sobre todo irónica.
¿Qué te estaba contando? Ah, sí. Que me apasionaba lengua. Mucho más que literatura, ojo. Que los libros me encantaron siempre, pero en las palabras había algo especial.
En el colegio me lo pasaba pipa con el análisis morfológico y en el instituto el sintáctico se convirtió en mi juego favorito
Tuve la suerte de comprenderlo todo desde el principio. Así que mientras el resto se quejaba de que era muy difícil y que en realidad no servía para nada, yo hubiera querido saber más.
Una pena que, al menos por ahora, no haya estudiado una filología.
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Los recursos literarios me enamoraron desde que tengo memoria
Lo bueno del instituto o del colegio es que los temarios se repetían continuamente, a pesar de que cambiaras de curso.
Así que todos los años había una serie de días en los que hablábamos de recursos literarios y nos explicaban el poder que tenían a la hora de escribir.
A mí me encantaba descubrir que existían diferentes herramientas para transmitir una idea de manera directa y certera.
Y que de alguna manera te acercara mucho más a la forma de conectar con tu lector para conseguir un determinado resultado.
Fuera el que fuera.
Entre todas ellas, siempre me gustaron las comparaciones y cuando me convertí en copywriter resultó uno de los instrumentos más interesantes que existen.
¿Qué es una comparación?
Una comparación es un recurso literario que se caracteriza por destacar las semejanzas que existen entre dos elementos diferentes.
A la hora de emplearlo se suele utilizar una partícula linguïstica que indica una comparación.
La más utilizada es como, pero hay más: así como, tal como, tan… como…
Incluso hay casos en los que no existe ninguna partícula entre ellos, pero que sí que existe valor comparativo.
Si estás pensando en que a ti esto te lo explicaron con el nombre de símil, descuida. Es lo mismo. Solo que con el paso del tiempo el término comparación ganó más peso porque nos sonaba más normal.
¿Cómo puedes emplear la comparación en el mundo del copywriting?
Se trata de uno de los recursos más utilizados a la hora de persuadir.
Sobre todo a la hora de explicar algún concepto nuevo.
Una de las claves para que tu comunicación sea persuasiva es que la persona que está delante lo entienda.
Por ello es muy interesante relacionarlo con un concepto que ya exista y comprendan y que ellos mismos puedan proyectar su comprensión a través de estas semejanzas.
Steve Jobs utilizó este recurso literario cuando presentó el iPad
Si quieres aprender a preparar presentaciones persuasivas, que sepas que ver a Steve Jobs y la Apple de antaño es hacer un máster acelerado.
Steve Jobs era un genio que había entrando muchísimo sus capacidades persuasivas y por ello se sentía como un pez en el agua sobre el escenario.
Mezclaba la teatralidad con una pasión que era de verdad contagiosa.
Y eso se pudo ver en la presentación del iPad. Que, por cierto, te la dejo por aquí por si quieres echarle un vistazo.
El iPad era un concepto nuevo de producto, así que se debía asegurar de que el público entendiese lo que implicaba.
Por ello le contó que se trataba del futuro de un ordenador. Era como ellos, pero les sumaba todas las ventajas del iPhone.
Así fue mucho más sencillo para ellos relacionar sus ventajas y comprender sus posibilidades.
¿Dónde puedes emplear las comparaciones?
La verdad es que es un recurso fácil de colar por donde quieras.
Al final, solo se trata de redactar una frase en la que aportes un punto de anclaje en el que tu cliente potencial pueda comprender a qué te estás refiriendo.
En mi caso, soy muy partidario de utilizarlo en las landings de venta. De alguna manera, te da la oportunidad de fijar la imaginación de tu cliente potencial en un punto completo y llevarla hasta donde tú quieras.
Tan solo pruébalo para ver qué tal funciona.
Las 5 claves para pasar a la acción
- Los recursos literarios son un arma muy poderosa en manos de un copywriter.
- Descubre qué oportunidades te dan y comienza a emplearlos.
- Las comparaciones son fáciles de utilizar y de interpretar.
- Te permitirán fijar una idea base en la mente de tu cliente y trazar la línea desde ahí.
- Atrévete a probarlas como Steve Jobs.
Creo que con toda esta información serás capaz de utilizar las comparaciones con éxito.
De todos modos, sabes que si tienes cualquier duda me la puedes formular en los comentarios y yo estaré encantado de responderte.
¿Vamos a por ellas?