¿Has pedido un capítulo de Fe de Erratas? Porque estoy aquí para dártelo.
¿Qué tal está yendo el veranito? ¿Empiezas a sentir ya esa tristeza del final?
Como te comenté en el capítulo anterior, quiero utilizar estos días que nos quedan para traerte episodios sobre temas muy concretos que no te quiten demasiado tiempo.
En este caso quiero tratar contigo uno de los principales dolores de cabeza que he tenido como emprendedor: ponerme precio.
¿Lo vemos?
Por qué dejé de ponerme un precio/hora
Si te pasas por capítulos anteriores, te darás cuenta de que durante mucho tiempo he defendido el precio/hora.
La verdad es que no me parece un método que sea deleznable, pero sí que se trata de una fórmula que se puede mejorar muchísimo.
En este episodio te contaré por qué empecé a cobrar por proyecto.
¿Cuál es la diferencia?
Cuando doy un precio por proyecto lo hago con independencia del número de horas que calcule que me vaya a llegar.
Pongo sobre la balanza el valor que le ofrezco a esa persona y después dedicaré las horas necesarias a cumplir con lo prometido.
Creo que es mucho más justo utilizar este método, pues lo que se lleva tu cliente no depende nunca de cuántas horas le dediques.
¿Qué aprenderás en este episodio de Copymelo?
- Cuáles son las razones para tener un precio/hora.
- Por qué he decidido emprezar a cobrar por proyecto.
- Cuáles han sido los cambios que he experimentado.
¿Quieres escuchar este capítulo del podcast?
¡Pues vamos al lío!
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¿Vamos al lío?