Septiembre es para muchos el mes de las nuevas temporadas.
Aunque muchas personas se pongan propósitos al empezar el año, yo siempre he sido más de septiembre.
Desde pequeño he sentido que los grandes cambios se producían en estas fechas. Como los cambios de cursos o el relanzamiento de planes en empresas tras las vacaciones.
Aunque este año haya sido todo un poco diferente por culpa de nuestro amigo COVID19, ha llegado la hora de ponerse las pilas.
¿Vamos a por esta nueva temporada?
Índice de contenidos
Estoy a punto de cumplir un año como autónomo
El pasado 30 de septiembre me di de alta como autónomo.
Después de unos cuantos meses con Copymelo solo generando contenido, había llegado la hora de tratar de ganarme la vida con ello.
Así que después de conseguir mi CL@VE Pin y de pelearme con los formularios de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, lo había conseguido.
Por cierto, fue mi primer susto con Hacienda.
Unos meses después me dijeron que no había liquidado el IVA de septiembre. Me imaginaba que al darme de alta el último día por la noche no me pedirían nada. Pero ya hubo cartita.
Los últimos 12 meses han transformado mi vida
He vivido muchos puntos de inflexión.
Enfermedades, problemas familiares grandes, mudanzas… pero ninguno ha tenido un impacto tan grande en mi vida como este.
Ha transformado por completo mi vida.
- He dejado un trabajo estable para vivir la aventura de emprender.
- Me me mudado de Madrid a Alcoy porque ya no tengo cadenas que me aten a la capital.
- Trabajo muchas más horas que antes, pero soy mucho más feliz.
- Y ya no tengo atascos cada mañana. Eso vale oro.
En general, mi vida ha mejorado. Mucho. Pero todo ello ha conllevado un proceso de evolución mental para el que no sabía si estaba preparado.
He tenido días oscuros. Noches en las que me he preguntado si merecía la pena. Y tardes donde me apetecía mandarlo todo a tomar por saco y volver al trabajo donde estaba.
Por suerte. Cuando respiraba sabía que quería seguir sin dudar.
¿De qué me vas a hablar en este post, Carmelo?
De todo y de nada.
Te aviso desde ya de que este artículo no es de copy.
Aprovechando que hoy se acaba agosto y que mañana vuelve la normalidad a Copymelo, quiero compartir un último momento personal contigo.
Sincerarme. Contarte todas las ideas que tengo en la mente. Animarte a que tú también te lances a esta aventura.
Sé que estás esperando al momento perfecto para emprender
Pero lamento decir que no existe.
Te lo digo por experiencia. Yo también lo esperaba.
Ese instante en el que se alinearan las luces y una voz me dijera que era ahora o nunca.
Pero nunca sucedió.
Solo cuando yo me atreví a lanzarme de cabeza a la aventura comenzaron a salir las cosas bien.
Si algo he aprendido en este año es que la proactividad y la acción masiva son las únicas herramientas que de verdad pueden transformar una vida.
¿Las has puesto en marcha?
Será muy complicado
Pero mucho más de lo que puedas imagianr.
Mira.
Yo sabía que esto de emprender sería difícil.
Sin embargo, pensaba que con una shoras normales de trabajo al principio se sacaría.
Nada más lejos de la realidad.
Llevo todo el año madrugando como un condenado y algunos días trasnochando para entregar proyectos.
Creo que jamás he sentido tanto estrés como este año y he tenido tantas ganas de llorar.
Pero, ¿sabes qué?
Cada día cuando me voy a la cama me siento vaciado.
He dado todo lo que tengo.
Estoy satisfecho.
Y al despertarme, aunque haya días donde solo me quiera quedar bajo las sábanas, sé que me voy a enfrentar a mi proyecto.
Que estoy construyendo algo que importe.
Peleo por mí y no por nadie más.
Te da miedo fracasar
Por supuesto.
¿A quién no?
Yo era el primero que tenía miedo de fallar y que todos le señalaran.
¡Mirad a Carmelo! El tonto pensaba que era lo suficiente bueno como para sacar un proyecto hacia delante.
Y un día me di cuenta de esto.
Lo que de verdad me daba miedo era la opinión de los demás.
Que se rieran de mí.
Ser la comidilla de todos.
Y ahí dejé de ser tan vulnerable.
Porque, ¿qué es lo peor que te pueda pasar?
¿Que dentro de unos meses o unos años tengas que buscar un trabajo de nuevo?
¡Que te quiten lo bailado!
Cuando empieces con este runrún jamás te lo podrás quitar de la mente.
Mejor arriesgarte ahora que pensar en 10 años que deberías de haberlo hecho.
Convivirás con tu síndrome del impostor
Lo he tenido a patadas.
Casi cada día ha estado conmigo.
A cada duda o a cada tropiezo me ha agarrado con más fuerzas.
Atrincherado. Esperando a golpearme. A susurarme que soy un fraude.
Habrá días que lo lleves bien, otros que estés peor.
Pero a medida que he hablado con tantas personas me he dado cuenta de que es normal.
Aprenderás a convivir con él.
A apretar los dientes y a seguir pase lo que pase.
Solo piensa que cuando algo te da tanto miedo es porque te mueres de ganas de hacerlo.
Como cuando querías hablarle a esa persona en el instituto. Como cuando te asustaba presentarte a una entrevista de trabajo. O tener que lanzar el último tiro del partido.
En el fondo lo deseabas con todas tus fuerzas.
Septiembre llega mañana
El seleccionador te ha convocado para cambiar de vida.
Solo falta tu respuesta.
¿Te encadenan a tus miedos y seguirás donde estás?
Te sientes bien.
A gusto.
Podría ser peor, ¿no?
Y mucho mejor.
Lo que pasa es que ese mucho mejor lleva también un peaje en forma de esfuerzo, estrés y disciplina.
Pero tú sabes que el premio al final de ese camino es muchísimo más atractivo.
5 conclusiones para pasar a la acción
- No habrá momento perfecto.
- Va a ser mucho más difícil de lo que crees.
- Habrá momentos muy jodidos.
- Que les den a los demás.
- Septiembre llega mañana.
¿Cuándo dices que empezamos?