Fueron la mayor empresa de alquiler de películas del mundo, pero la historia de su fracaso superó a cualquiera de la ficción.
Seguro que te suena el nombre de Blockbuster, una empresa que fue fundada en el año 1995 y que para el 2004 se había convertido en un gigante a nivel mundial con más de 9.000 establecimientos.
Para que nos entendamos, Blockbuster era un videoclub que controló el 25 % de la cuota mundial.
Hoy queda sólo 1 y funciona como habitación de AirBnB, tras ser derrotado por una empresa con un modelo de membresía.
No supo cómo adaptarse a las exigencias de los nuevos canales y eso implicó que en el año 2004, con el auge de lo digital —y también de la piratería—, comenzara a ir cuesta abajo y sin frenos.
La puntilla se la puso Netflix en una especie de juego de karma, ya que Blockbuster había rechazado unos años antes comprar la compañía por sólo 50 millones de dólares con una carta en la que se reían de la propuesta. Hoy la empresa vale más de 180 mil millones de dólares.
¿Por qué fracasaron?
Existen muchas historias y leyendas alrededor de la desaparición de Blockbusters, pero sólo una es cierta: tenían el modelo de negocio equivocado.
A medida que Netflix crecía, muchos de los directivos de la organización se plantearon la idea de imitar cómo estaban trabajando, pero los altos cargos siempre se negaron.
Como gran parte de sus ingresos surgían de las multas por los retrasos a la hora de devolver las películas, no estaban dispuestos a renunciar a esa cantidad que, con un sistema de membresía, probablemente habrían desaparecido.
Por qué tantos negocios dicen NO al copywriting
Te sorprendería.
A diario me encuentro con negocios que dicen NO al copywriting.
Eso no lo necesito.
Yo ya estoy vendiendo.
Una situación surrealista ante la que yo me hago siempre la misma pregunta: ¿y no querrías conseguir mejores resultados haciendo lo mismo?
Es curioso, pero una de las grandes ventajas que tiene el copywriting es que haciendo el mismo esfuerzo, puedes mejorar resultados.
Vas a mandar emails.
Vas a tener una página web.
Vas a compartir contenido en redes sociales…
Entonces, ¿por qué no hacer las cosas bien desde el principio?