¿Alma de poeta? Fracaso de copywriter

Claude Hopkins pensaba que escribir de forma estilística era un lastre como copywriter. Y su opinión no es la de cualquier persona.

Para nada.

Él fue uno de los primeros copywriters profesionales de la historia y la persona que le dio un vuelco a esta profesión.

Con esto te quiero contar que sabía lo que se hacía. Por eso le pagaban con cheques en blanco por su trabajo.

¿Te imaginas que esto te ocurriera así?

Claude Hopkins sabía que los poetas y escritores no serían copywriters

Lo tenía clarísimo.

En su libro Mi vida en publicidad afirma una y otra vez que escribir de manera estilística es un error si eres copywriter.

¿Por qué?

Porque los potenciales clientes, ante este escenario tan creativo, van a pensar que hay gato encerrado.

Y puede que tenga razón.

Piensa en tus exámenes en la universidad

¿Te acuerdas de ellos?

Los exámenes sobre las materias que dominabas los escribías claros y precisos. De hecho, hasta te gustabas redactándolos.

Esa sensación de voy a sacar un sobresaliente es peor que muchas sustancias adictivas.

Pero, ¿qué sucedía cuando se trataba de un tema que no controlabas?

Te enrollabas. Te ibas por las ramas. Cuando querías darte cuenta habías rellenado páginas y páginas.

Y todo el contenido era morralla.

Tú lo sabías. El profesor lo intuía. Pero a veces salía bien.

Con el copywriting sucedía lo mismo.

Cuando eres sincero no necesitas artificios. Las palabras van directas. Como una flecha a una diana.

Tus compradores lo saben.

Yo fui el primero que tuve que transformar mi manera de escribir

Me costó horrores.

Desde que soy pequeño he querido vivir de escribir.

He crecido entre libros, historias y videojuegos.

Las narraciones siempre han formado parte de mi vida.

Cuando estaba en primaria me imaginaba como guionista de videojuegos y más mayor como novelista de éxito.

Ninguna llegó. Aunque por la segunda peleé muchísimo. 

Por suerte, llegó también el momento en el que tuve que elegir.

O literatura o copywriting.

Eran dos mundos demasiado diferentes para mantenerlos.

Y elegí el segundo. 

No porque me rindiera. Sino porque me gustaba mucho más.

Ahí fue cuando me transformé por completo. 

Puse todos los huevos en la misma cesta.

¿Cómo puedes mejorar como copywriter?

Mira.

Yo no voy a ser quien te diga que te olvides de tu alma de poeta.

De hecho, te voy a pedir que la tengas siempre presente. Esa emoción conquista.

Pero lo que sí te invito es que la mantengas en guardia cuando se trate de un copy.

Usa la parte que de verdad pueda marcar la diferencia.

  • Escribe cada día y notarás la mejora en tus propios dedos.
  • Relee tus textos y entiende los errores: te ayudarán a despegar.

Con estos dos consejos podrás dar un salto hacia delante.

¿Puedo ser poeta y copywriter?

Por supuesto que sí.

Por muy publicista famoso que sea, no sería tan listo si se murió, ¿no crees?

Sé tú mismo y aprovecha tus virtudes.

Disfruta de las palabras.