Si estás aquí es porque quieres vender más.
No te engañes, no estás buscando estrategias ni métodos, quieres algo que funcione.
Pues bien, déjame decirte algo que muchos ignoran: tu autoridad vende sola… pero solo si sabes usarla bien.
¿Sabes por qué los clientes no te compran?
Porque no te perciben como alguien que sabe lo que hace. Y no, no basta con decir “soy experto en X”.
La autoridad no se declara, se demuestra.
Y en este post te voy a enseñar cómo convertirte en esa persona a la que todos quieren comprarle, incluso antes de saber el precio.
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La autoridad no se regala: se gana
Ser una figura de autoridad no tiene nada que ver con ser el mejor en tu campo.
Tiene que ver con ser percibido como tal.
Sí, hay una diferencia.
El que vende no es siempre el que más sabe, sino el que parece saber más.
Es injusto, pero es lo que hay.
La buena noticia es que tú puedes construir esa percepción sin ser una eminencia. ¿Cómo?
1. Habla de tus logros (sin miedo a parecer pesado)
¿Has conseguido resultados para un cliente?
Dilo.
¿Tienes certificaciones, premios o te han entrevistado en algún medio?
Enséñalo.
Y no, no vale con mencionarlo de pasada.
Dale bombo.
La gente no va a investigar si lo que dices es verdad, pero sí necesita sentir que sabes de lo que hablas.
2. Usa a otros para que hablen bien de ti
Aquí entran los testimonios.
Si no tienes, pídelos.
Y si ya los tienes, úsalos como oro en paño.
Un cliente satisfecho vale más que mil discursos.
Y ojo, que no necesitas una biblia.
3. Enséñales que pilotas del tema
No esperes que confíen en ti por tu cara bonita.
Publica contenido que demuestre lo que sabes.
Da consejos prácticos, explica casos reales y, sobre todo, muestra resultados.
La gente compra a quienes les enseñan algo útil, no a quienes les recitan teorías.
4. No te pases de listo
Ser una autoridad no significa presumir de cosas que nadie entiende o que no importan.
Habla en su idioma.
Sé claro, directo y no te pongas a presumir de títulos irrelevantes.
Lo que a ti te parece impresionante, a tu cliente le puede parecer humo.
5. Repite hasta que no puedan ignorarte
La autoridad no se construye en un día.
Repite tus logros, comparte tus casos de éxito, pide más testimonios.
Sé constante.
La gente necesita verte tantas veces que no les quede otra que recordarte. Porque aquí no gana el que mejor lo hace, gana el que más visible es.
Al final, todo esto tiene un propósito: que confíen en ti sin dudar.
Cuando te posicionas como una autoridad, todo se hace más fácil.
La gente compra con menos objeciones, recomienda tus servicios y hasta paga más porque sienten que están invirtiendo en lo mejor.
Así que, si todavía no estás usando tu autoridad para vender, estás dejando dinero sobre la mesa.
Es hora de cambiar eso.