Mitsubishi Pajero.
Un nombre que parecía épico en casi todo el mundo, en España tuvo que cambiar de naming.
Las razones son obvias.
Porque o te dedicabas a ciertos negocios muy particulares o que te viera llegar un cliente con un coche que te definiera tan bien, no iba a ser lo mejor.
Quién sabe.
Conozco a más de un copy que con esto haría una obra de arte.
La Capilla Sixtina de la venta.
Pero esta no es la única razón por la que algunas marcas han tenido que cambiar su nombre.
Hubo un equipo de baloncesto que lo hizo para evitar la censura Franquista.
Ya sabes, que como a Franco le daba alergia que no se hablara en español y mucho español, pues que persiguió los idiomas que tanta riqueza dan a nuestro país.
Después de que Franco ganara en el año 1939 la guerra civil española, decretó una ley por la que obligaba a todos los equipos deportivos con un nombre que no fuera español a buscar una alternativa española.
Vamos, que la lio.
El club Joventut de Badalona, que es como los conoces hoy en día, por aquel entonces tenía un naming completamente diferente y cuando esta propuesta llamó a su puerta tuvo que buscar una alternativa que se pronunciara muy parecido tanto en catalán como en español.
Los marketers a toda pastilla, que además en esto era un equipo adelantado a su tiempo.
Para que el nombre quedará grabado en la retina de su equipo y que incluso después de que esto acabará pudieran dar el paso el nombre catalán.
Así fue como eligieron el club Joventut de Badalona o el club Juventud de Badalona, que tiene un naming muy parecido en ambos idiomas.
Cuando Franco murió, volvieron a su nombre.
Y la buena decisión que tomaron hizo que para sus aficionados fuera una tradición muy suave.
Además de reivindicativa.
Y este no fue el único equipo que tuvo que cambiar.
El Athletic de Bilbao fue durante todo este tiempo el Atlético de Bilbao.
El Real Sporting de Gijón se olvidó de la palabra Sporting durante todo este tiempo.
Y mucho más.
Elegir un buen nombre es clave para vender.
Sea porque no quieres liarla como el del coche de las pajas o porque te niegas a que un dictador robe la esencia de tu equipo.