Cómo conseguir que te lean

Consigue que te lean: el paso más importante de tu copy

Has hecho todo lo que te prometieron que funcionaría:

  • Has seguido paso a paso las fórmulas de copywriting.
  • Has aplicado esas estructuras que siempre daban resultado.
  • Has creado contenidos que cumplían todos los checks de la teoría.

Pero nada ha dado resultado porque nadie ha llegado a leer tus copies.

He estado ahí.

He escrito textos que sabía que tenían mucho valor, pero que yo era incapaz de hacerlos atractivos.

Por ello hoy te quiero hablar de una idea que me voló la cabeza hace algunos años y que también lo hará contigo.

¿Quieres conocerla?

Se trata de uno de los axiomas que Joseph Sugarman plantea en su libro The Adweek Copywriting Handbook y es el siguiente:

«El único objetivo de la primera frase de tu copy es llevar a ese lector desconocido a la segunda».

¿Queres que lo veamos en profundidad?

Quédate conmigo.

Joseph Sugarman lo tenía muy claro

Sobre todo respecto al tema de los beneficios y de las características.

Él sabía que eran importantes, pero, ¿lo más importantes?

Si estuviera aquí te habría dicho que no. 

¿Sabes por qué?

Porque para él lo más importante era siempre conseguir que te leyeran.

Que cuando el lector llegara delante de tu anuncio se encontrara con una primera frase que le atrapara y le llevara hasta el final como si fuera un tobogán.

¿Cuáles eran los motivos de Joseph Sugarman?

Joseph Sugarman afirmaba que el objetivo de cada frase era lograr que el lector leyera la siguiente.

La primera le llevaría a la segunda, la segunda a la tercera… y así hasta el punto y final del anuncio.

Afirmaba —y con acierto—  que si lo hacías así el lector acabaría descubriendo los beneficios y características del producto sin que se lo tuvieras que tirar a la cara.

¿La clave?

Engancharlo tanto a lo que estás contando que solo pudiera seguir leyendo.

La primera frase de Joseph Sugarman

Con todo lo que te he contado está claro que para Joseph Sugarman la clave estaba en la primera frase.

Él decía con mucho acierto que si tu objetivo es que te lean, entonces esta primera frase se tiene que articular para captar la atención de tu cliente.

Por ello él se olvidaba de patrañas como los beneficios y se centraba en captar la mirada del lector.

Solo quería su atención.

Captarla, que llegara a la primera frase y que siguiera leyendo.

Así que se dio cuenta de algo muy importante.

Si el primer objetivo es que leyeran la primera frase, entonces habría que ponérselo fácil y que fuera lo suficiente corta como para que todos la leyeran.

Escribe una primera frase corta y comienza el juego

Joseph Sugarman tiene razón.

Si el cliente se encuentra un mazacote pasará directamente.

Sin embargo, si lo que consigues es un pequeño gancho que le lleve a leer la segunda, habrás ganado la primera partida.

Mira.

Te dejo por aquí algunos ejemplos de Joseph Sugarman para que los puedas poner en juego.

  • Losing weight is not easy.
  • It’s you against a computer.
  • It’s easy.
  • It had to happen.
  • Hats off to IBM.

Es cierto que el inglés es una lengua que se presta mucho más a ser directo.

Sin embargo, en español también tenemos posibilidades de lograrlo.

¡Estrújate los sesos!

En anuncios impresos funcionaba de maravilla

Joseph Sugarman hizo de su método una fuente de oro a través de los anuncios impresos.

Cuando tenía que redactar un copy para uno de ellos jugaba en casa.

Seguro que tú también lo sientes.

Todos tenemos un formato o una manera de trabajar en la que nos sentimos muy cómodos.

Como si en ese terreno fuéramos invencibles.

El de Sugarman era este.

Mira.

Sé que estás pensando que es probable que tú no redactes un anuncio impreso jamás.

Y es verdad.

Sin embargo, sigues pudiendo encontrar muchas claves en ello.

Si encuentras la esencia podrás usarla a tu favor.

Así que déjame compartirte algunas ideas.

¿Te convence el enfoque de Joseph Sugarman?

Me encantaría que me dejaras tu opinión en los comentarios.

¿Tiene sentido o tú apostarías más por el tema de los beneficios?

Al final ya sabes lo que dicen, cada maestrillo…