Redactar los textos de tus anuncios o de las páginas de venta tiene un problema muy particular: hasta que no lo lanzas no sabes si has dado en el centro de la diana.
Pero, ¿y si existiera un mecanismo que nos permitiera repasar y evaluar nuestras aportaciones con una base adecuada?
En el artículo de hoy descubrirás cuál es la Fórmula de las 4P y cómo te ayudará a asegurarte de que los textos que estás escribiendo dan buenos resultados.
La Regla de las 4P: visualiza tu copy antes de lanzarlo
Como te decía más arriba, la regla de las 4P es una herramienta que te permitirá saber si un copy está preparado para salir o necesita otra vuelta.
A lo largo del proceso de escritura no sabrás si lo estás haciendo bien o mal, pero cuando te sientes a plantearte los resultados te darás cuenta del enorme trabajo que has hecho.
Cada una de estas «P» identifican uno de los elementos que debe tener tu copy para funcionar.
- Problema.
- Promesa.
- Prueba.
- Propuesta.
Esta es una estrategia que inventó Gary Balenciaga y que es 100% actual para que puedas emplearla.
#1 Problema
Un paso básico.
Si tu copy no está señalando cuál es el problema al que se enfrenta tu cliente, ¿cómo crees que conseguirá que le preste atención?
Puedes ser todo lo creativo que quieras, pero estos cuatro elementos deben estar más concentrados que nunca sacando este proyecto de todos hacia delante.
#2 Promesa
¿Qué es lo que le propones a tu cliente y por qué es algo a lo que de verdad le debe prestar atención?
Además de solucionar ese problema, tienes que demostrarle por qué tu propuesta es única y diferente..
Analiza tu producto o tu servicio y compáralo con la competencia. Dale a tu cliente un motivo único para comprarte.
#3 Prueba
¿Por qué todo lo que dices es cierto?
¿Cómo puedes demostrarlo?
La credibilidad hay que ganarla y para eso es fundamental que aportes alguna prueba:
- Testimonios.
- Demostraciones.
- Apariciones en prensa.
Lo que sea con tal de que tu palabra tenga más peso.
Desde un detalle pequeño hasta un elemento mucho más grande.
#4 Propuesta
El envite final.
Para que actúen, has de ponerles el caramelito.
Y eso es precisamente lo que te toca hacer en este punto.
Presenta tu propuesta de una manera atractiva y consigue que sólo tengan que empujarla para marcar gol.
Con un ejemplo la vida sabe mejor
Imagínate que quisieras poner un gimnasio en una ciudad como Madrid.
Complicado.
Sabes que por toda la ciudad existen mil opciones diferentes y tú tienes que buscar cómo convencer al público de que te elijan a ti.
Para ello utilizaremos esta fórmula.
Problema
Has detectado algo muy particular.
La mayor parte de las personas que van al gimnasio lo pasan mal.
No lo disfrutan. Es una obligación. Les gustaría marcharse a casa para no volver.
Así que tú vas a solucionar ese problema (y el de ponerse en forma).
Promesa
Hasta ahora has aprendido lo siguiente.
Tienes que presentar una propuesta que sea diferente y que esté alineada con la necesidad que has descubierto.
Hasta aquí, podríamos hacer algo así.
«Diviértete como un niño mientras te pones tan en forma como alguna vez has soñado…»
Resolvemos los dos problemas: el aburrimiento y el ponerse en forma.
Prueba
¿Cómo podemos convencerles de que tu propuesta es real?
Aquí te la juegas todo.
Una forma de hacerlo es contarle que no eres tú quien se ha inventado nada, sino que eres un mensajero.
Mira cómo nos queda el mensaje hasta ahora.
«Diviértete como un niño mientras te pones tan en forma como alguna vez has soñado con el método de entrenamiento que utilizaban en Atenas para los primeros Juegos Olímpicos…»
Con una simple frase te estás trayendo toda la autoridad de aquella época hasta aquí.
Propuesta
Solo te queda un paso.
Preparar una «oferta irresistible» para que pase a la acción.
Hagamos algo así.
«Diviértete como un niño mientras te pones tan en forma como alguna vez has soñado con el método de entrenamiento que utilizaban en Atenas para los primeros Juegos Olímpicos.
Prueba durante 15 días gratis y matricúlate los primeros meses a mitad de precio»
Escúchame.
Con esta fórmula tendrás la posibilidad de revisar tus textos antes de publicarlos.
De esta manera podrás analizar tus páginas de aterrizaje y los copies de tus anuncios para asegurarte de que tu inversión está a buen recaudo.