Érase una vez un comerciante que tenía la tienda más bonita del pueblo.
Cada día colocaba sus productos con esmero y atención al detalle.
Escribía carteles atractivos y sonreía a cada cliente que entraba.
Pero tenía un problema.
Nadie, absolutamente nadie, le compraba.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Si desactivas esta cookie no podremos guardar tus preferencias. Esto significa que cada vez que visites esta web tendrás que activar o desactivar las cookies de nuevo.