«Disfrutamos mucho de ese lanzamiento…»
Cuando compartí esa reflexión en una reunión de emprendedores, me miraron como si fuera un perro verde.
Todos asociaban lanzamientos a estrés, problemas y demasiada responsabilidad en un corto espacio de tiempo.
Y ojo, puede que tengan razón.
Un lanzamiento es como una relación tóxica. Cuando estás dentro te preguntas qué narices haces allí, pero cuando se acaba, quieres volver con la otra persona.
No sé si eso es bueno o malo, pero sí que esa sensación de estrés es habitual.
En muchas ocasiones, debido a la cantidad de cambios y de idas y venidas que tenemos.
Todo en un contexto en el que hay dos perfiles que se pueden hinchar a currar: el copywriter y el diseñador.
Así que la pregunta es… ¿cuántos cambios permitir al cliente ante un lanzamiento?
Los límites de la flexibilidad con un copy: ¿hasta dónde puedes llegar?
Cuando empecé con esto del copywriting tenía la falsa creencia de que podría mantener todo bajo control.
Y no solo eso, sino que además podría dejar muy claro a mis clientes cómo funcionaba cada servicio y no moverme de mis trece.
Ojo, durante mucho tiempo sí que fue así. Toda la etapa en la que pude concentrarme en clientes más pequeñitos funcionó de maravilla.
Pero en el momento en el que empecé a participar en retos más grandes en los que se invertían miles de euros y participaban más profesionales, todo cambiaba.
¿El motivo? Has perdido el control de todo lo que estaba sucediendo a tu alrededor y eso, de alguna manera, se nota.
Lanzamientos, Webinar… no es tan fácil como te lo han pintado…
Siempre hay prisas y urgencias.
Ideas de última hora.
Cambios en los planes que teníamos desde el principio.
Cuando firmas por cualquier lanzamiento tienes que tener claro que a todas las horas de preparación le tendrás que sumar unas cuantas también de este tipo de situaciones.
Y que además serán las peores, cargadas de esa urgencia por terminar antes de llegar a una fecha concreta.
¿Cuántos cambios puedes permitir en un lanzamiento y con cuánta antelación?
Si te digo la verdad, hasta hace no demasiado tiempo yo era de los que pensaba que si había que hacer cambios, se hacían.
Estábamos todos remando en el mismo barco y queríamos lo mismo: conseguir el mejor resultado posible.
Sin embargo, algo cambió con un cliente con el que tocó rehacerlo todo de la noche a la mañana por un capricho del mismo.
Rehacer emails.
Rehacer guiones.
Rehacer comunicados.
Rehacer anuncios.
Rehacerlo prácticamente todo en un fin de semana.
En ese momento entendí que hay que decir «basta» o les darás a entender que, en realidad tu trabajo solo es algo que se hace en 10 minutos y que no tiene ningún valor.
¿Se pueden permitir cambios en un lanzamiento? Por supuesto. Pero siempre —y digo siempre— deben estar acompañados de una estrategia, no solo porque «a mí me apetece».
Entonces… ¿cómo planteo todos estos cambios?
Haz valer tu trabajo.
No creo que moviéndote en este ámbito y trabajando con equipos grandes tengas la potestad de evitar que surjan —para ello tendremos que montar nuestra propia agencia—.
Pero… sí que es importante que consigas que tu equipo no dé por hecho que podrás hacer cualquier cambio de la noche a la mañana, que todo esto lleva un proceso.
Solo cuando consigas que respeten esta parte de tu trabajo, estarás en el camino real para trabajar de la manera más efectiva —y menos estresante—.
Cuántame tú un poco.
¿Has formado parte de lanzamientos? ¿Has tenido que hacer muchos cambios de última hora?
Soy todo oídos —u ojos en esta ocasión—.