¿Tienes la sensación de que por mucho que investigues escribes por clientes a los que no acabas de entender?
Hasta la mitad del año pasado, yo me encontraba en la misma situación. Había clientes con los que no conseguía conectar de ninguna manera.
Y cuando digo ninguna, es ninguna.
Así que cuando me ponía delante de las teclas a escribir para ellos, me percataba de que no conseguía fluir.
Por eso tomé una pequeña decisión que me hizo cambiarlo todo: construir un DAFO por cada uno de ellos.
DAFO: el colofón de la investigación interna
Antes de que te eches las manos a la cabeza, no te equivoques yo investigaba muchísimo.
Sin embargo, con el tiempo me he percatado de que este proceso tiene una pega: es pasivo.
Por mucho que lea sobre un cliente, siempre hay una distancia entre los dos que es muy difícil de salvar.
Pero todo cambia cuando das un paso hacia delante y eres tú quien prepara un DAFO de cada uno de ellos.
¿Cómo es el DAFO que preparo con cada uno de mis clientes?
Creo que te voy a decepcionar, pero tengo que admitirte que este DAFO no tiene nada de especial.
Se trata de un DAFO de los de toda la vida, con sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.
Ya sabes, el propio nombre lo dice.
El secreto no está en el DAFO en sí, sino en el tiempo que inviertes ordenando tus ideas y entendiendo lo que tienes delante.
Ahí es donde todo cambia.
En busca de esa bombilla que se enciende con tu cliente
Aunque a veces parezca que me meto algo cuando te cuento estas cosas, siempre te explico la verdad.
Cuando investigas a un cliente, hay un momento en el que sientes que todo ha cambiado.
¡Puf!
De pronto en tu mente empiezan a tener sentido todas las ideas y eres capaz de ordenarlas conjuntamente.
Solo ahí estás preparado para escribir.
Sé que el post de hoy es muy cortito, pero también es muy importante.
Si empiezas a tomar esta práctica de manera constante te aseguro que serás capaz de conseguir mejores resultados con muchos clientes.
Pruébalo y cuéntame en los comentarios tus sensaciones.