¿Alguna vez piensas en que te morirás algún dÃa?
Puede que sea pronto, puede que sea dentro de muchos años. No tienes ninguna certeza o garantÃa.
La única verdad que tienes entre las manos desde el momento en el que naces es que llegará el instante en el que mueras.
Y el problema es que la mayorÃa de las personas se olvida de este detalle e invierte su tiempo en tonterÃas, como si fuera eterno.
El tiempo es el recurso más importante que tiene cada uno de nosotros y malgastarlo es la pena más grande que existe.
Por ello cada dÃa yo me recuerdo que la muerte acecha con una vieja radio.
¿Qué tiene que ver una radio con toda esta historia?
Esa vieja radio era de mi abuelo y cada noche se la metÃa en la cama para escuchar los deportes mientras conciliaba el sueño.
Hace varios meses se cumplieron 3 años desde que se fue para siempre y cuando recogieron sus cosas, mi madre y mi tÃo me la ofrecieron a mÃ.
Desde entonces es el objeto de más valor que tengo.
Mi abuelo fue, es y será la persona que más me ha marcado
Sé que en la vida me tropezaré con personas extraordinarias, pero también soy consciente de que los lazos que existen entre un nieto y un abuelo son únicos.
Si no me crió él, puso más que nadie en que me convirtiera en la persona que querÃa llegar a ser.
Él me enseñó a aprender de forma divertida y a descubrir que me apasionaba ser más culto. Trabajó conmigo mi mente analÃtica y matemática con juegos e hicimos mil viajes y conversaciones para conocernos.
También se trató de la persona que más me ha mimado nunca. Me consintió demasiados caprichos y me hizo feliz en todo momento.
Y yo sabÃa que no durarÃa para siempre a mi lado, pero un cáncer le arrebató su energÃa y vida de repente.
Eso sÃ, durante todos los años de su vida me hizo prometerle que trabajarÃa con todas mis energÃas, que esa era la única manera de ser alguien en el mundo.
Y eso hago cada dÃa.
Trabajo cada dÃa con la radio al lado
Una vez le escuché decir a Jaime Altozano que trabajaba con una calavera a su lado para recordarle que la vida es efÃmera. Para mà esta radio es lo mismo.
Esta radio es el sÃmbolo de que nada es para siempre, excepto la promesa que le hice de luchar hasta el final.
Cada vez que me quiero rendir, la miro y continúo. Los dÃas que dudo, la miro y continúo.
Porque todo lo que hago lo hago también para que esté orgulloso de mÃ.
Te echo de menos abuelo, pero sigo luchando.