Magic es una persona muy especial.
Aunque hace mucho que no le veo, sé que está en Europa convirtiéndose en uno de los abogados más importantes del mundo.
Lo logrará.
Desde hace tiempo, siempre consigue lo que se propone.
Aunque eso no sucedÃa en la universidad.
Ahà las cosas eran diferentes.
Eran épocas de salir, de discotecas y de intentar pillar cacho.
Yo era de los que no pillaba ni para atrás, pero tampoco me afectaba mucho.
Con un par de copas y una canción que me gustara, era el chico más feliz de toda la noche.
Pero para Magic la vida no se medÃa asÃ.
Él siempre fue un chico de objetivos.
Si los cumplÃa ganaba y si no, era un fracasado.
True Story.
En lo de ligar, ganaba poco o nada.
Más bien nada.
Estaba tan dispuesto a conseguirlo, que se le veÃa desesperado desde la distancia.
Si lo veÃamos nosotros que le mirábamos con buenos ojos, imagÃnate las chicas.
Hasta luego, Lucas.
Después de unos cuantos fracasos, volvÃamos a casa en el autobús.
Dormirse era imposible. Siempre comentaba la jugada y detectaba sus fallos.
Nunca le daba la vuelta al resultado.
La mayorÃa de los lanzamientos tienen el alma de Magic
Alma de perdedor.
Mira.
Hace muchos años nos jugamos en un partido de baloncesto no bajar de categorÃa.
Éramos más malos que la COVID19, pero nos lo pasábamos bien.
Fuimos en autobús al campo donde se decidirÃa nuestra suerte y nuestra entrenadora nos echó un speach motivacional.
Como si estuviéramos en Coach Carter.
Solo que siendo más malos que la droga, claro.
—La mayorÃa de las personas sale a estos partidos a no perder, ¡salid a ganar!
Y aunque no hubo banda sonora, planos de tensión o victorias en el último segundo, tenÃa razón.
Salimos a ganar y ganamos.
También me reventé la espalda y no volvà a jugar nunca al baloncesto, pero eso es otra historia.
Ganamos porque salimos a ganar.
Y la mayorÃa de los lanzamientos salen a no perder.
Algún dÃa hablaremos de muchas cosas, pero hoy te quiero hablar de un detalle muy concreto.
Los downsell.
El equivalente al pringao que no se come un colÃn.
A entrar a una persona en una discoteca, que te rechace de malas maneras y sujetarle el abrigo de vuelta a casa.
Quien no te compra no puede condicionar tu negocio.
Vende más a los que ya te han dado el sà quiero
Hace unos meses me compré un iMac.
TenÃa ganas de tenerlo desde que estaba en el instituto, pero he tenido que esperar más de 10 años.
Va como un tiro.
Cuando lo compré, Apple me presentó un montón de productos relacionados que harÃan mi experiencia mucho mejor.
Sin pensarlo, me compré un Trackpad.
Como ya habÃa comprado, no me costó nada darle de nuevo al botón.
TenÃan mis datos.
Yo estaba con la tarjeta fuera.
HabÃa muy poco que me lo impidiera.
Clic.