Nunca hay que comenzar la casa por el tejado, pero a la hora de emprender es lo que solemos hacer.
Todavía más cuando se trata de membresías —no tenemos remedio—.
En lugar de buscar primero qué necesidad queremos resolver, le damos la vuelta a la tortilla.
Y la tortilla no sabe igual por delante que por detrás.
Así que primero nos proponemos crear una membresía y después ya vemos sobre qué podemos hacerlo.
Houston, tenemos un problema…
Por cierto, si todavía no te has apuntado a El Club de las Membresías, puedes hacerlo ahora mismo y gratis.
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¿Qué es un nicho?
Empecemos por el principio.
Un nicho de mercado es una parte poco o nada atendida de un gran grupo de consumidores, una oportunidad oculta dentro de una rama de negocios amplia y competitiva.
O lo que es lo mismo, ese pequeño grupo de personas al que de verdad puedes solucionarle una necesidad.
Identificarlo es fundamental pues marca la diferencia entre enfocar tus esfuerzos en las personas adecuadas o tratar de matar moscas a cañonazos.
¿Mi nicho puede ser cualquier persona?
La respuesta rápida y corta es que no.
Mira.
Cuando una persona dice que todo el mundo es su cliente, en realidad no tiene ni idea de quién le tiene que comprar.
Y esto es algo muy normal —y no ocurre nada—, pero está ahí.
Pero es importante que entendamos que este pensamiento no es más que un punto de partida y que tenemos que ir mucho más allá.
Comienza la casa por los cimientos: encuentra un nicho que tenga una demanda real
Identificar un nicho que tenga una demanda real para poder maximizar resultados en lugar de escoger uno al azar o porque sea «lo que nos apetece».
Elegir tu nicho da miedo de por sí. Si escoges el que no es adecuado puedes perder dinero con ello.
Pero la realidad es que si te da miedo es porque antes no has realizado un estudio de viabilidad. Unos números para asegurarte de lo que puedes esperar de dicho nicho.
Porque lanzarte sin saber exactamente lo que puedes esperar sería como invertir en una empresa sin saber cuál es su proyección, solo con que te digan el sector.
O que te presenten a una persona de la calle y te diga: Mira, a partir de ahora va a ser tu pareja. Eso no tiene sentido, igual que no lo tiene hacer un lanzamiento sin antes hacer un estudio de viabilidad
Pero… ¿sabes qué es lo mejor de todo? Que en realidad no es nada complicado. En menos de 5 minutos lo puedes tener hecho y ahorrarte la sensación de incertidumbre tan desagradable que te acompaña durante todo el proceso.
Es más, es tan sencillo de hacer que siempre me pregunto el por qué las personas no lo están aplicando.
Vamos a ver cómo lo hacemos.
Lo primero que debes saber es que no hay que escoger un nicho al azar, sino que debe cumplir dos condiciones.
Que tenga demanda (obvio)
Que te apasione (lógico, pero no es tan obvio como te pueda parecer).
El primer paso es realizar un estudio de mercado.
¿Te has quedado con alguna pregunta?
Si es así, me tienes a tu entera disposición.
Déjame en los comentarios cualquier duda que tengas y trabajaremos con todas nuestras fuerzas.