Nos imaginamos que los mejores vendedores están en internet vendiendo sus formaciones.
Pensamos que las grandes mentes están llenando estadios con eventos presenciales que quitan el hipo.
Pero no es así.
Los mejores vendedores del mundo están haciendo ahí fuera lo que mejor se les da hacer.
Vender.
Y en la mayoría de los casos, lo hacen sin prestar atención a tener un gran público o a construir una marca personal.
Solo quieren vender. Hacer un buen trabajo. Y llegar a casa a la hora adecuada para disfrutar con su familia.
A la mejor vendedora del mundo yo me la encontré en un hotel de Portaventura, utilizando una estrategia tan antigua como efectiva.
El Storytelling.
Solo le hizo falta una pequeña excusa para acercarse a nuestro lado y contarnos la historia de México, hablarnos de la magia de un producto que, además, ayudaba a un pueblo que no lo ha pasado bien.
Todo ello mientras nos explicaba, además, que el lugar mágico del parque donde siempre se le había guardado reverencia a las culturas precolombinas, ahora es una tienda enorme de Chupa Chups.
Cuando acabó de contarme todo, compré.
Vaya si lo hice.
Si alguien es capaz de mantenerte escuchando durante al menos media hora, la pregunta es cómo no ibas a comprar.
Si quieres que te cuente qué compré y cuál fue la historia que usaron para convencerme, escríbeme a este email.