Una de las preguntas más habituales que recibo a diario es de dónde saco las ideas para mis emails diarios.
Como sabes, cada día envío una newsletter al grupo de Copymelo VIP con una historia, un aprendizaje y un recurso.
Bueno.
Es cierto que hay ocasiones en las que el formato se puede alterar, pero 8 de cada 10 son así.
El resto, para experimentar.
Y hoy te quiero desvelar dónde encuentro todas estas historias.
Así que déjame pedirte perdón por adelantado: ¡no hay nada espectacular!
#1 La vida: una fuente inagotable de ideas
Es tan evidente que a veces lo pasamos por alto.
El mejor lugar desde el que pueden brotar las ideas para muchas de tus historias es de ti mismo.
De hecho, lo cotidiano es lo más potente.
Pero para esto no quiero que me mires a mí, sino a Víctor Küppers.
¿Lo conoces?
Es uno de los conferenciantes más potentes que ahora mismo hay en España y todas sus historias son cotidianas.
Del día a día.
Lo que ayuda mucho a que el público se sienta identificado porque podrían ser ellos mismos.
Seguro que a lo largo de este año te pasarán muchas cosas que puedas transformar en una historia: ¡aprovéchalas!
#2 Personalidades con las que tu cliente se pueda sentir identificado
No pasa nada.
Si ahora mismo tu vida no está siendo una fuente de ideas, tiremos por lo clásico.
Es decir, cómo personalidades a las que tu cliente potencial puede admirar se las ha arreglado para conseguir el resultado que tú estás buscando.
Te pongo un ejemplo.
Hace unos días tuvimos que preparar un contenido para un cliente que vendía un programa de marca personal.
Hasta ahí todo bien.
Sabíamos que la principal objeción de sus clientes era que se sentían demasiado mayores para cambiar de vida.
Así que les contamos la historia de Carolina Herrera.
Ella se inició en el mundo de la moda con más de 40 años.
La moraleja era clara: nunca es tarde para tratar de ser feliz.
#3 Curiosidades: internet está a tu disposición
Cuando no tengo demasiado claro sobre qué puedo escribir, tiro de curiosidades.
Puede parecer un cliché, pero funciona.
A la gente le encanta conocer detallitos que después podrán usar en el bar con sus amigos o familia para destacar.
Y si puedo, se las voy a dar.
Lo importante no es la curiosidad en sí, sino la manera en la que después lo unas con tu contenido de valor.
Si la conexión es potente, todo lo demás funcionará.
Ahora te toca a ti tomar las riendas de esta conversación.
Me gustaría que me dejaras en los comentarios cuál es tu fuente de historias.
Estoy convencido de que tú también tienes mucho que aportar… ¡y deseando verlo!
¿Hablamos?