Cómo utilizar los números para vender

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Durante un tiempo vi una charla TED al día.

Lo hacía por aprender inglés.

Por aprender inglés y poder compartir datos curiosos.

Siempre me ha gustado dármelas de listo, supongo.

Y aunque muchas de las que vi no me parecían interesantes, hubo una que sí.

Una que explicaba cómo conseguir que una presentación fuera más interesante.

Esta, para más inri.

¿Te cuento su secreto?

Los números funcionan: ¿qué los hace tan especiales?

Esta charla era muy particular.

El speaker daba números al azar mientras se reía.

Explicaba que si alguien le veía sin sonido pensaría que la charla debía de ser muy interesante.

Porque ese es el poder de los números.

Los números dan la sensación de concretud.

Y la concretud nos gusta.

Mucho.

Porque cuando tenemos claro un dato como ese sentimos que controlamos la situación.

Eso es potente.

Muy potente.

Y por eso el consejo que te voy a regalar en esta sesión es evidente.

Utiliza número siempre que puedas.

Ah.

Y que sean reales, claro. No me seas.

Usa números feos: son el perro que adoptarían antes

Cuando acudes a adoptar un perrete, la tendencia natural es ir a por el guapo.

El precioso.

El de anuncio que no sabes cómo alguien se atrevió a abandonar.

Pero a mí siempre me ha gustado más ir a por el feo.

El olvidado.

Ese que nadie quiere y que estará relleno de amor para todos.

El patito feo al que el cuento de que las apariencias no importan no le aplica.

Pero en el caso de los números, es diferente.

Los números bonitos nos generan malas sensaciones.

Pensamos que nos mienten.

Que están puestos al azar.

Mientras que los rotos…serían portadas de la PlayBoy.

Esto es porn* numérico: cómo te afectan las cifras

Cuando te digo que el 80% de las personas piensan que la Tierra es plana, sientes que me invento el número.

Es demasiado bonito para ser real.

Pero si en lugar de ello hablamos del 81,36%, todo cambia.

Al ser un número roto, genera la sensación de que hay una investigación muy potente detrás.

De la buenas.

Aunque la realidad es que los dos los he puesto al azar en este momento.

Al final esto del copywriting tiene mucho de refrán.

De que la mujer del césar ha de parecerlo…

Y de las primeras sensaciones que generamos en quien nos lee.

Si no nos cree desde el principio, es un Fatality —si has pillado esta referencia friki, escríbeme para saber que no estoy solo—.

Carmelo Beltrán