¿Te has dado cuenta de que te despistas un segundo y el calendario cambia de mes?
Pues ya estamos en febrero y a mí todavía me parece que fue ayer cuando arrancó 2020.
¿Tú cómo lo estás llevando?
¿Has empezado a poner ya en movimiento todos esos propósitos? Como no arranques ya te pasará lo mismo que en 2019, que el viento se los llevará.
Como sé que los lunes son los días idóneos para hablar de compromiso y reforzar tu unión con ese gran proyecto que tienes entre manos, hoy quiero hablarte sobre ello.
Las claves para comprometerte con lo que estás haciendo
Lo primero que quiero que hagas mientras lees esta reflexión es que te mires al espejo.
Si no te quieres levantar, basta con que pongas en suspensión el dispositivo en el que lees este artículo. Si lo bueno de 2020 es que estamos rodeados de tecnología y pantallas.
Lo que se refleja es un ser humano. Una persona de carne y hueso. Un conjunto de historias, emociones, pasado, presente y futuro.
Y todo eso unido es la imperfección más perfecta que puedes llegar a ser.
Con todo ello te quiero decir que eres más que una máquina. Estás diseñado para fallar, equivocarte, para asegurar tu supervivencia y para evitarte peligros.
Sin embargo, la única manera de que te comprometas de verdad con tus objetivos es ponerte en peligro y luchar contra ese instinto de supervivencia que tienes programado y que te querrá devolver a tu comodidad.
El compromiso se construye cuando vienen mal dadas
Todas las personas con las que hoy te cruzarán serán capaces de comprometerse con sus metas cuando todo va bien.
Los días que se levanten con una sonrisa y con ganas de comerse el mundo serán capaces de hacerlo.
De hecho, si han tenido la suerte de reinventarse y de estar arrancando nuevas historias, serán las personas más felices de este planeta.
Pero, ¿cuánto crees que les durará esta gasolina? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Dos?
La realidad es que el compromiso con un proyecto y una meta se consigue cuando la vida te golpea y tú decides seguir hacia delante.
El compromiso se construye apagando el despertador cuando suena y levantándote de la cama aunque pudieras quedarte dos horas más sin problema.
El compromiso es hacer deporte cada día, aunque no tengas tiempo, y dedicar toda tu energía y pasión a tus metas, tengas o no tengas fuerzas.
Enamórate de la incomodidad para construir tu compromiso
El cuerpo está programado para boicoterarte este intento, pero la realidad es que es la única manera en la que podrás construir un compromiso fuerte.
Tienes que aprender a disfrutar de ir contracorriente y a enamorarte de luchar contra las malas circunstancias.
Necesitas conocerte en situaciones extremas para empezar a entrenar cómo reaccionas ante ellas.
Ser memorable implica esforzarte más que nadie.
¿Estás preparado para construir tu compromiso?