¿Te cuesta escribir los puntos de dolor de tu landing page?
Quiero que me escuches atentamente.
Es normal.
Te han dado tanto a la tabarra con lo importante que es atacar la necesidad de tu cliente que te has asustado.
Y lo sé porque a mí también me ha pasado.
Te meten tanta presión que lo difícil es estar a la altura. Y el problema es que si no crees en ti es imposible hacerlo bien.
Así que hoy quiero seguir el consejo que te dí hace unas cuantas semanas de escribir borracho y editar sobrio —al revés no sale bien— y darle la vuelta a lo de los puntos de dolor.
¿Vamos al lío?
¿Puntos de dolor o puntos de esperanza?
¿Sabes? Siempre me ha gustado ir a contracorriente con todo esto.
Si ves algunos de mis trabajos descubrirás que soy poco partidario de los puntos de dolor negativos.
De hecho, prefiero trabajar con lo que llamo puntos de esperanza.
¿Puntos de esperanza? ¡Te lo cuento con un ejemplo!
Aunque parezca que me he tomado algo y estoy en el mundo de la piruleta, te prometo que no es el caso.
Mira.
Imagínate que entras a un gimnasio y que cuando te vas a apuntar el recepcionista te dice que menos mal, que estando tan gordo te ibas a morir si no.
¿Qué va a pasar?
Que te darás la vuelta y te marcharás, y quizás hasta le sueltes un guantazo.
Esto sería un punto de dolor negativo.
Pero, ¿cómo cambia el escenario en el caso de jugar con puntos de esperanza?
Fíjate.
Entras al gimnasio. Eres la misma persona y está el mismo recepcionista, pero cambia el discurso.
Qué suerte que te apuntes ahora, tienes el tiempo adecuado para ponerte en forma y mejorar tu salud antes del verano.
Es el mismo mensaje. Comparten el mismo objetivo. Pero las sensaciones son diferentes.
Y lo son porque en el segundo caso te están haciendo imaginar el objetivo en tu mente y eso te hará sentirte mucho más cerca.
¿Por qué te recomiendo elegir puntos de esperanza?
- Cuando tu cliente se imagine tu objetivo cumplido, se sentirá mucho más cerca. Verá más posible lograrlo.
- Ser demasiado agresivo con los puntos de dolor te puede hacer parecer imbécil. Es mejor evitarlo.
- Además, serás diferente al resto. Eso vale oro.
Dime la verdad, ¿comenzarás a aplicar los puntos de esperanza? Me encantaría escucharte decir que sí.
Si te ha gustado la idea o tienes cualquier duda, te animo a que me dejes tu pregunta en los comentarios.
¡Seguimos!