¿Sabes todas esas veces en las que te han dado —y te he dado— mil consejos para que acaricies las emociones de tus clientes potenciales?
Pues ahora quiero que las recojas todas, las tires a la basura y te olvides de ellas durante unos minutos.
Porque puede que a nivel técnico rebosen fuerza y resultados, pero hay mucho más allá en el viaje de las palabras y el copywriting.
Amigo, pon todo lo que tengas en palabras y quédate vacío.
Las últimas semanas están siendo muy emocionales
Esta Navidad me dejó con las emociones a flor de piel y no ha pasado nada especial. Desde entonces estoy arrastrando todas ellas y quiero aprovechar su fuerza para plasmarlas en papel.
Mira, si algo he tenido claro desde que soy pequeño es que soy la persona que más fácil llora de este planeta. De felicidad, de tristeza, de todo… y eso me vuelve poderosamente vulnerable y preparado para hacer magia con las palabras.
Cuando trabajes para un proyecto que te importa y que de verdad le puede cambiar la vida a las personas, debes darlo todo hasta quedarte completamente vacío. Esa s la manera que marca la diferencia.
La intensidad lo es todo para contagiar
Porque habrá mil y una formas de estructurar las palabras, descubrirás doscientas maneras de persuadir, pero hay una realidad impepinable: la intensidad con la que transmitas tus emociones se contagia.
Que no te asuste darlo todo por escrito y volcarte de tal manera que dejes un pedazo de ti en tus palabras.
Ahí está la magia.