¿Alguna vez te han dicho aquello de que tus precios son muy caros porque tienen un primo que lo hace por la mitad?
¿Sabes? De entre todas las frases que se usan a la hora de contratar a alguien, esta siempre me ha parecido una de las más divertidas.
Además, en cuanto te la dicen tú ya sabes que con ese cliente no vas a trabajar, así que te quitan un peso de encima. Toda la presión desaparece.
Después de todo, ¿quién buscaría fuera de casa si tuviera un primo que fuera un experto y que lo hiciera por la mitad?
Ah, vaya. Es que igual lo hace por la mitad porque su experiencia con el copywriting es escribir varios tweets cuando tiene un rato y preparar frases intensitas para Instagram.
Con este artículo solo quiero pedirle a alguien que lo lea que me presente a ese primo. Tengo mucha curiosidad por conocerlo.
Tu trabajo tiene valor: que nadie te haga dudar de ello
Aunque el primo es el protagonista habitual de estas afirmaciones, las variables son todas las que quieras imaginar.
Mira, hace poco estaba negociando con un cliente el precio de la preparación de 45 emails. Por si acaso no eres capaz de pensar en esta magnitud, ya te digo yo que esto es mucho trabajo.
Yo le envié mi presupuesto, con toda la tranquilidad del mundo y él me contestó que tenía entre manos a un copywriter que lo hacía todo por 150 euros. Eso sí, que si yo se lo ofrecía por esta cantidad prefería que lo hiciera yo, que habíamos conectado.
Y como te puedes imaginar, solo me reí y le dije que no se preocupara, que seguro que ese candidato lo haría genial.
Ese primo no existe: que no te engañen
Nunca ha existido ese primo o ese candidato y en caso de que sí que estuviera sobre la faz de la tierra, no sería una opción.
A fin de cuentas, ¿si conocieras un profesional que te diera resultados extraordinarios por precios más bajos seguirías buscando?
Yo por lo menos no, pero quizás es que valoro demasiado mi tiempo como para perderlo. Y esa es la misma razón por la que trabajar esclavizado por precios irrisorios y con personas que no son capaces de valorar mi oficio no me parece correcto.
Así que desde aquí quiero hacer un llamamiento a todos esos primos que no conocemos, pero que trabajan por tan poco dinero. ¡Quiero conoceros!