Te doy la bienvenida a la primera sesión sobre Starbucks. Esta serie de citas que tú y yo tenemos por delante y en las que aprenderás cómo aplicar las claves del éxito de esta cafetería a tu negocio.
La clave de las próximas clases está en que descubras cuáles son los elementos estratégicos que han llevado a la compañía a construir un imperio de café y que tú también seas capaz de replicarlos en tu negocio.
Porque como siempre te digo, en este mundo no se lleva el premio quien es más creativo, sino quien consigue los resultados.
Starbucks: una pasión contagiada a sus productos y comunicación
Sé que eres muy consciente de que una de las claves del éxito de Starbucks ha sido su comunicación.
Es la franquicia más potente del mundo por muchas razones, pero una de ellas es por haber generado esa sensación de tribu tan poderosa entre sus clientes.
Quien va a un Starbucks lo hace porque siente que forma parte de algo más grande y que eso justifica pagar más del doble por una taza de café.
De hecho, su modelo ha sido tan acertado que ha habido muchísimos que han tratado de imitarle, pero que no lo han conseguido con cafés muy parecidos y precios mucho más baratos.
¿Qué aprenderás de Starbucks en estas sesiones?
Espero que todo.
Quiero que te lleves unas cuantas ideas de cómo aplicar una estrategia de comunicación poderosa a tu negocio.
Pero también que te queden claros algunos errores para que tú seas capaz de superarlos antes de que lleguen.
Quiero más sesiones de Starbucks
- Starbucks #1: Introducción
- Starbucks #2: Conoce a la empresa tras la cafetería
- Starbucks #3: Cómo ha cambiado su comunicación
- Starbucks #4: Así es su página web cargada de copywriting
- Starbucks #5: ¿Cómo usa sus redes sociales?
- Starbucks #6: La publicidad de Starbucks
- Starbucks #7: La estrategia de pricing que necesitas
- Starbucks #8: ¿Qué consejos le darías a Starbucks?
- Starbucks #9: Conclusiones
¿Te has quedado con alguna pregunta?
Espero que no.
Pero si es así ya sabes que me la puedes formular en los comentarios. Mi compromiso es responderte más rápido de lo que tardan en servirte una taza de café.
¿Vamos al lío?