¿Cuántas veces has escuchado eso de que «el storytelling es la mejor herramienta de venta que existe» pero no has tenido ni idea de cómo aplicarlo?
En este maravilloso mundo del marketing del que formamos parte, repetimos consejos como papagayos.
Es decir, aquello que escuchamos, que suena bien, pero que no tenemos ni idea de lo que significa.
—Y mucho menos aplicamos, pero eso es otra historia—.
Porque es cierto que el storytelling es un arma maravillosa de venta, pero solo cuando lo transformamos en storyselling.
¿Qué es el storytelling?
Se suele definir el storytelling «como el arte de contar historias» y si te digo la verdad, me parece una descripción muy buena.
Pero solo hay un problema. Uno para ti y para mí que somos marketers, no para el resto de la humanidad.
Aquí no dice nada de ventas.
Y aunque lo de contar historias es maravilloso, si no vendemos estamos apañados.
Evoluciona el storytelling en storyselling
—¿Qué es esto, Carmelo?
—Me alegro de que me hagas esta pregunta…
El storyselling es como el storytelling pero con un matiz muy importante: el arte de contar historias con un objetivo concreto.
Y ese objetivo puede venir desde la venta hasta que se registren en una página.
Pero lo importante es que busca una acción por parte de un potencial cliente.
Eso lo cambia todo.
¿Qué quieres que haga tu cliente?
Ten siempre en mente a tu cliente.
Siempre.
Solo cuando lo tienes claro vas a poder orientar los textos a que realicen este determinado resultado.
Es la única manera.
Copywriting o storytelling —primos hermanos— es escribir para conseguir un objetivo.
Nunca te olvides del objetivo.
Es lo que marca la diferencia entre venta y arte.