Me bastó con un semestre en la carrera para darme cuenta de que haberme matriculado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas había sido un gran error.
Aunque en ese momento era consciente de que la opción valiente hubiera sido la de enfrentarme a mis padres y cambiarme de carrera, no fue la que escogí.
Había dos condicionantes que estaban tomando parte en mi decisión:
- Tenía muy pocas ideas de qué quería hacer con mi vida y hubiera vagabundeado por otra carrera sin vocación.
- Estaba aprobando todas las asignaturas con buena nota y sin mucho esfuerzo. Por tanto, tampoco era un drama. Solo sabía que jamás me dedicaría a ello.
Con estas dos ideas golpeando mi cabeza como si se tratara de una partida de ping pong, una mañana me planté delante del espejo.
A nivel personal y profesional siempre me ha funcionado de maravilla mirarme a los ojos y hoy en día lo sigo haciendo cuando tengo que tomar decisiones importantes.
Sería un ritmo frenético, pero podía ahorrarme el conflicto con mis padres, sacarme la carrera sin complicarme demasiado la vida y dedicar todo mi tiempo libre a profesionalizar ese blog literario que cada vez conseguía más visitas y a seguir aprendiendo marketing digital, que era un tema que me había enamorado.
Afronté este reto con mucha pasión, disciplina y organización y la primera oportunidad llegó mucho antes de lo que me imaginaba.
A la primera oportunidad llegó la vencida
Durante un año entero estuve dejándome la piel cada tarde (y noche) en sacar hacia delante un proyecto, a la par que seguía estudiando para la Universidad.
Ese blog literario acumuló cada día más visitas y por este motivo empezaron a llegar las invitaciones a eventos literarios.
¡Era relevante!
Me acuerdo que por aquel entonces ese me pareció el premio más grande que podía tener un proyecto.
Ya llegarían muchos años después los quebraderos de cabeza donde me percaté de que si no había sustento económico no tenía un proyecto, sino un hobby.
Pero esa es otra historia.
El primer evento al que me invitaron marcó un punto de inflexión en mi carrera y estoy convencido de que si no hubiera acudido, hoy no estaría aquí.
Era un evento pequeño. De una editorial que tenía poco tiempo. Nos querían invitar a desayunar y llevarnos por Madrid para contarnos secretos y curiosidades de su historia literaria.
Pintaba muy bien.
Las oportunidades las construyen las personas
Así que después de un año dejándome la piel cada tarde en este proyecto, tras un desayuno en el que nos invitaron a conocer los nuevos libros de una pequeña editorial apareció una oportunidad:
Empezar a colaborar con acciones pagadas con esta editorial.
Después de un tiempo con esta relación, la empresa de comunicación de esta editorial se puso en contacto conmigo para ofrecerme un puesto que había quedado vacante como Community Manager.
Y así fue cómo metí por primera vez la patita en el mundo del marketing digital, aunque todavía tengo mucho más que contarte.
Porque esta es la historia de cómo empecé a trabajar en el mundo del marketing digital, pero después todavía falta el camino hasta ocupar en una oficina el puesto de copywriter.
¿Qué es Socialnius?
Socialnius es una pequeña empresa de comunicación que está especializada en ayudar a startups a darse a conocer.
Es decir, una agencia, pero con un toque muy humano, cercano y comprometido de verdad con el cliente, que consigue que la sensación de trabajar con ellos sea la de formar parte de una familia.
Si algo aprendí durante todo mi tiempo allí fue, seguro, que si te importan los demás y los tratas con mucho cariño, este comportamiento es recíproco.
Su propia experiencia le ha llevado a dar un paso de gigante con diferentes eventos (que cada vez son más multitudinarios) que unen a medios de comunicación y startups, para que mutuamente puedan beneficiarse.
Yo tuve la suerte de formar parte de la organización del primero y te aseguro que es una de mis experiencias profesionales más enriquecedoras.
Todavía cuento anécdotas a mis amigos sobre él. Con eso te lo digo todo.
Uno de los últimos éxitos de lanzamiento que han conseguido es MediaStartups. Un modelo que se está replicando ya por toda España.
Su misión es ayudar a estas pequeñas empresas a construir una reputación que les lleve a asentarse en el mercado y ser alternativas reales para los clientes.
Así que Socialnius es una agencia de comunicación, pero yo prefiero decir que se trata de una familia que te ayuda a llegar mucho más allá.
¿Cuál era mi rol en Socialnius?
Lo mejor que me pasó en Socialnius es que tuve la oportunidad de conocerme como profesional y que mi rol cambiara con el tiempo.
Cuando entré a trabajar en la compañía, desempeñaba solo tareas como Community Manager: gestionaba las redes sociales de tantas empresas como clientes tuviéramos.
Sin embargo, mis ganas de aprender y el hecho de que había descubierto que existína una profesión que se llamaba copywriting me abrieron muchas puertas.
Bueno, también sumó a la partida el hecho de que tuviera un jefe muy predispuesto a dejarme experimentar.
Pronto empecé a gestionar todos los blogs de nuestros clientes y a ser la persona que creaba el contenido que se publicaba como estrategia de marketing.
Visto el buen resultado, me dio rienda suelta con todos los textos de la empresa.
Y así es cómo conseguí mi primer trabajo como copywriter.
Ejemplos de mi trabajo
Como me es muy complicado encontrar un ejemplo de un trabajo físico que yo haya preparado, te dejo por aquí unas fotos de un Carmelo Beltrán muy joven disfrutando en uno de los eventos en los que participó
También está por aquí alguna campaña en la que me tocó salir también. La verdad es que de dinero no íbamos muy sobrados.
¿Qué aprendí en Socialnius?
Socialnius fue uno de los puntos de inflexión en mi vida profesional.
Por primera vez en mi vida estaba trabajando de manera intensa para proyectos de otras personas.
Y lo que era todavía más interesante, no solo en uno, sino que tenía que dividir mi atención y mi tiempo entre varios.
Un hecho que ahora me es normal, pero que por aquel entonces me percaté de que me trastocaba mucho la existencia.
También me llevó por primera vez a una oficina y esto supuso para mí la constatación de que la vida iba en serio.
Fue fundamental.
Antes de ello siempre había trabajado desde la habitación de la casa de mis padres. Ahora, salía de la seguridad de lo conocido para enfrentarme al mundo real.
Por primera vez en toda mi vida tuve que tratar cara a cara —lo cual me provocaba auténtico pavor— con clientes y justificar las decisiones antes mis jefes y ellos con datos en la mano.
Y, por cierto, empecé a trabajar en equipo en el ámbito profesional, que también fue un reto muy grande.
Siempre he pensado en Socialnius como mi paso del mundo joven al mundo adulto. Por primera vez asumía unas responsabilidades reales y entendí que el mundo real era muy distinto al adulto.
Además, allí descubrí que el mundo de las Startups y las pequeñas empresas me encantaba y que quería estar ligado todo lo posible a él.