¿Alguna vez has sentido ese ansia de querer entregar tu copy después de una gran idea? Seguro que sí. Cuando pensamos que hemos conseguido el resultado, queremos enseñárselo a todo el mundo. Sin embargo, hoy te quiero contar una pequeña batallita personal para que te des cuenta de la importancia que tiene reposar tu texto.
Por qué repasar tu copy es la mejor opción
¿Tomarías alguna decisión trascendental en tu vida sin pensarlo dos veces? Comprar una casa, un coche… salvo que nades en billetes, se trata de cuestiones que debes valorar hasta el último detalle.
¿Y no es tu trabajo también un tema trascendental? Para mí, por lo menos, sí. Estoy comprometido con las palabras de mis textos para ofrecer el mejor resultado posible. Quiero ayudar al cliente con todo lo que tenga.
Por ello también dejo reposar las decisiones antes de tomarlas. ¿Y qué quiere decir eso? Que cuando trabajo con plazos siempre dispongo de uno o dos días para solo repasar.
¿Qué batallita te quiero contar hoy?
Sin desvelar la empresa por motivos de privacidad, hoy te quiero contar cómo metimos la pata por no reposar los textos en una campaña hace unos cuantos años.
Se trata del ejemplo de más trascendencia en el que yo he estado. La verdad es que ahora me río, pero en su momento fue un drama. Además, tenía solo veintidós años. Acababa de empezar en esto de trabajar. Quería que me enterraran vivo.
Pero como todo, errar te ayuda a aprender. No hay que ser perfectos. Creo que hay que poner siempre por delante la valentía (que no tiene nada que ver con la inconsciencia). Ya sabes lo que decía George Lois: puedes ser creativo o puedes ser precavido. No ambas cosas a la vez.
¿Tú has metido así la pata alguna vez? Cuéntame tu historia en los comentarios.